La escena es para ponerse a temblar. Un hombre entra con un cuchillo en una comisaría de Cataluña, donde parece dispuesto a todo.

El individuo llega mostrando el cuchillo en su mano izquierda. Llama al timbre de la comisaría y al no abrirle, desaparece.

Desde el interior, los agentes llaman a una de las patrullas y a los pocos minutos, dos agentes aparecen. Pretenden detenerle, pero el joven, con el cuchillo, ahora en su mano derecha, les desafía y les hace frente hasta que terminan retrocediendo.

Finalmente accede al interior de la comisaria, dónde queda encerrado en la sala de atención al ciudadano.

Ha sido detenido

El nerviosismo aumenta y el hombre comienza a amenazar a los agentes que se encuentran tras las mamparas de la recepción. Al verse acorralado, pretende huir.

Tira en cuchillo al suelo para abrir la puerta de salida, momento en el que es sorprendido por tres policías municipales y un Mosso y es reducido utilizando una pistola táser.

Tras ser detenido, ha sido trasladado a un centro psiquiátrico y acusado por un delito de amenazas y atentado contra agentes de la autoridad.