Mariano Rajoy, en el Congreso

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A TRAVÉS DE UNA CARTA

Rajoy contesta por carta a Puigdemont que es imposible negociar un referéndum secesionista

Rajoy subraya que no está dispuesto a participar en "una negociación a espaldas de los verdaderos cauces democráticos y de la ley". Y menos aún, señala la carta de Rajoy, cuando la Generalitat catalana prepara "un conjunto de iniciativas legales que suponen la liquidación absoluta" del orden constitucional.

El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha contestado por carta al presidente catalán, Carles Puigdemont, que es imposible negociar un referéndum secesionista que rompe el orden constitucional y que "mal se compadece" su petición de diálogo con la "amenaza" de declarar la independencia.

"Considero inexcusable volverle a reiterar no sólo la imposibilidad de tomar parte en aquello que propone, sino también la imposibilidad de que su gobierno plantee tan grave amenaza a la convivencia y al orden constitucional", dice Rajoy. Y menos aún, señala la carta de Rajoy, cuando la Generalitat catalana, al tiempo que reclama al Gobierno que acepte el referéndum, prepara "un conjunto de iniciativas legales que suponen la liquidación absoluta" del orden constitucional.

"Mal se compadece el diálogo que dice ofrecer con la amenaza de una declaración de independencia para el caso de no ser satisfechas sus pretensiones", opina. El jefe del Ejecutivo ha contestado de ese modo a la misiva que le envió el presidente de la Generalitat diciéndole que "ha llegado el momento imprescindible para que los dos gobiernos se puedan sentar en la mesa a dialogar" los términos y las condiciones para celebrar el referéndum soberanista.

Rajoy subraya que no está dispuesto a participar en "una negociación a espaldas de los verdaderos cauces democráticos y de la ley" e insiste en su voluntad "plena y sincera" de dialogar y de llegar a acuerdos con la Generalitat de Cataluña, como "con cualquier otro gobierno autonómico".

Una disposición al diálogo y a la cooperación entre administraciones que, según destaca, "ha quedado de manifiesto a lo largo de estos años", con numerosos acuerdos en varios ámbitos que "han redundado en beneficio de los ciudadanos de Cataluña".

Precisa, sin embargo, que esa voluntad de entendimiento tiene como único límite el respeto a la soberanía nacional y al Estado de derecho. "Ni usted ni yo tenemos capacidad para negociar sobre aquello de lo que no disponemos", insiste, antes de hacer hincapié en que eso supondría "hurtar de sus derechos al conjunto del pueblo español y, por ende, a los catalanes, y ningún legítimo gobernante puede proceder de esa manera".

Después de indicar que ha tenido ocasión, tanto en público como en privado, de reiterarle las obligaciones que comporta tanto su cargo como el del propio Puigdemont, Rajoy recalca: "La primera de ellas, ineludible para mí, es la defensa del orden constitucional". "A nadie se le oculta que la propuesta política a la que se me invita consiste en pactar con el gobierno que usted preside la forma de vulnerar el núcleo esencial de la Constitución española", avisa.

Y le recuerda que el ordenamiento constitucional prevé mecanismos para plantear toda clase de aspiraciones políticas, "siempre y cuando se proceda por los cauces democráticamente previstos y conciten el apoyo parlamentario necesario".

En este sentido, repite su invitación a Puigdemont para que acuda al Congreso de los Diputados a debatir su propuesta. "Es ahí donde deben debatirse las aspiraciones que nuestro pluralismo político ampara", añade. Rajoy considera que "lo que no cabe es plantear una negociación a espaldas de los verdaderos cauces democráticos y de la ley", que a todos "ampara" y "obliga", para apuntar después que la obligación de su Gobierno "es y será siempre la de actuar en defensa de la libertad, la convivencia pacífica y los derechos de todos los catalanes y del resto de ciudadanos españoles".

Como "gobernante y como representante del Estado", Rajoy invita a Puigdemont a "recuperar los planteamientos que, lejos de generar desencuentro y frustración, se ajusten al común marco de convivencia y respondan a las necesidades reales de los catalanes" y, desde esa posición, puedan encontrar "espacios de acuerdo en beneficio de todos".

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