Rafael Catalá ha reconocido que aún falta mucho por hacer, ha defendido las medidas adoptadas en solitario por el Gobierno en la anterior legislatura para combatir la corrupción.
En este contexto, Catalá ha cuestionado el informe de la ong Transparencia Internacional en respuesta a una pregunta del portavoz de Podemos, Íñigo Errejón, sobre las medidas que va a adoptar el Gobierno para que España no siga bajando en el índice de percepción de la corrupción.
La pregunta de Íñigo Errejón estaba dirigida inicialmente a la vicepresidenta del Gobierno, pero ha sido Catalá el encargado de contestar a Errejón.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción 2016, España repitió su peor resultado histórico al lograr 58 puntos sobre un máximo de 100 y bajó de la posición 36 a las 41 de 176 países, entre Costa Rica y Georgia y en el grupo de los países europeos percibidos como más corruptos.
"Seguro que hay que hacer más", ha reconocido el ministro, para quien hay que seguir cerrando espacio a la impunidad, generar consensos y dar ejemplo desde las instituciones. "Con trabajo, con consenso y con ejemplo avanzaremos en la lucha en la que seguro estamos comprometidos todos contra la corrupción", ha respondido.
No obstante, el ministro ha afirmado que "los índices de Transparencia Internacional son percepciones, no son tampoco ciencia". Ha añadido que prefiere ser comparado con sus iguales y, en este sentido, ha subrayado: "Yo en esto sí que quiero ser holandés".
En cualquier caso, ha admitido que "se puede hacer mucho" y le ha dicho al diputado de Podemos que hay que evitar "que haya becas 'black', que se contraten asistentes sin dar de alta en la Seguridad Social, que se pueda dar asesoramiento al país que más corrupción tiene en el mundo".
En opinión del portavoz de Podemos, sí hay razones para que los españoles tengan "hipersensibilidad" con respecto a la corrupción y sientan que hay una "cultura de la impunidad".
Como ejemplo, ha aludido al nombramiento del exdirector de la Guardia Civil Arsenio Fernández de Mesa como consejero de Red Eléctrica de España (REE) y ha criticado que "alguien tan cualificado para solucionar el gran problema de la energía eléctrica" haya sido "enchufado" por 150.000 euros al año.
Por eso, ha concluido que no es muy optimista con respecto a que los populares comiencen "a tomar cartas en el asunto", porque empieza a sospechar que el asunto son ellos.