El presidente del grupo parlamentario de la CUP, Antonio Baños

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CRITICA EL "CHANTAJE" DE ALGUNOS DIRIGENTES DE CDC

La CUP no descarta por primera vez investir a Mas bajo ciertas circunstancias y condiciones

A diferencia de ocasiones anteriores, en las que sus portavoces eran tajantes al responder con un 'no' a la pregunta de si ayudarían a investir a Artur Mas, esta vez nadie en la CUP ha querido ser tan explícito. La consigna general ahora pasa por aparcar el debate sobre el "quién" debe ser investido y centrarse en negociar un programa de Gobierno con el que garantizar que el proceso independentista se convierta en irreversible.

La CUP ha evitado por primera vez cerrar explícitamente la puerta a la investidura de Artur Mas y ha llamado a aparcar por ahora el debate sobre quién debería ser el próximo presidente de la Generalitat para darse así margen de negociación con Junts pel Sí (JxS) en las próximas semanas. Una semana después del segundo 'no' de la CUP a la investidura de Mas, los diputados de la CUP, acompañados del exparlamentario David Fernández, han comparecido en la sala de prensa del Parlament para reivindicar su papel en la negociación con JxS y denunciar el "chantaje" que algunos sectores "neoautonomistas" de CDC intentan hacer para que la izquierda anticapitalista rectifique su negativa.

Sus críticas iban dirigidas principalmente al conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, y al candidato de CDC al Congreso, Francesc Homs, que a principios de semana advirtieron de que si la CUP se atrinchera en sus condiciones no podrá haber acuerdo y Cataluña se verá abocada a unas nuevas elecciones en marzo. La CUP, según ha recalcado la diputada Gabriela Serra, es "impermeable" a presiones a través de este tipo de "campañas mediáticas": "Nos puede molestar, pero no nos da miedo, y en cambio hay gente que puede sentirse preocupada".

Pero pese a la contundencia de sus reproches hacia las voces en CDC contrarias a las condiciones que plantea la CUP, a diferencia de ocasiones anteriores en las que sus portavoces eran tajantes al responder con un 'no' a la pregunta de si ayudarían a investir a Mas con sus votos, esta vez ninguno de ellos ha querido ser tan explícito. La consigna general ahora pasa por aparcar el debate sobre el "quién" debe ser investido y centrarse en negociar el "qué" y el "cómo", es decir, los contenidos programáticos que deberá desplegar el nuevo Govern y las garantías de que el proceso independentista es ya irreversible.

El presidente del grupo parlamentario de la CUP, Antonio Baños, ha expresado que la CUP desea que se cumpla la hoja de ruta de JxSí porque "tiene puntos de confluencia" y ha negado que su formación desee "imponer" su programa o que alguien "se esté bajando los pantalones" ante sus exigencias. De hecho, y a diferencia de ruedas de prensa anteriores, ningún representante de la CUP ha dicho que no vayan a investir a Mas bajo ciertas circunstancias y condiciones, y Baños ha subrayado: "trabajamos para cumplir con un mandato y lo que pase en las elecciones del 20 de diciembre a nosotros no nos preocupa, porque no nos presentamos y estamos por otras cosas".

El sutil cambio de tono de la CUP encaja con el moderado optimismo expresado por los cabezas visibles de JxS: tanto Artur Mas como Oriol Junqueras o Francesc Homs dieron verosimilitud a la posibilidad de que la negociación termine con acuerdo en vísperas del 4 de diciembre, cuando empiece la campaña de las elecciones generales. El propio cabeza de lista de JxSí, Raül Romeva, se ha mostrado hoy convencido de que las negociaciones entre su formación y la CUP deben acabar con un acuerdo porque "es necesario", sin que haya "vencedores ni vencidos".

Ante el escollo de la investidura, y después de que no sólo CDC sino también ERC hayan dejado claro a la CUP que no existe nombre alternativo posible al de Mas, la estrategia negociadora de unos y otros consiste ahora en buscar un acuerdo global que vaya mucho más allá, con el diseño de un plan de choque social y una hoja de ruta detallada de los pasos a dar hacia la independencia. Si ambas partes son capaces de alcanzar un acuerdo sobre estos contenidos, la CUP tendrá más difícil persistir en el 'no' a Mas y forzar nuevos comicios al negarse a facilitar su investidura.

En el momento en que haya un preacuerdo o, como mínimo, una propuesta negociada con JxS, la CUP piensa someterla a votación en una "asamblea nacional abierta". De hecho, la formación independentista y anticapitalista celebrará el 29 de noviembre un debate informativo para explicar a la militancia el estado de las negociaciones, aunque si llegase antes una propuesta se convocaría una "asamblea abierta".

Mientras tanto, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha reiterado que tomará "todas las medidas precisas, todas", para defender la unidad de España frente al independentismo, aunque ha confiado en no tener que adoptar ninguna decisión más aparte del recurso presentado ya al Tribunal Constitucional. Por su parte, la secretaria de Estudios y Programas en la ejecutiva federal del PSOE, Meritxell Batet, ha dicho que no descarta "ir a un escenario de nuevas elecciones" en Cataluña ya que "hay pocas salidas claras en el horizonte" en vistas de "la incapacidad de Mas para formar gobierno".

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