La imagen más famosa y que aún tienen en la retina muchos mayores es indudablemente el chapuzón que se dio en Palomares, cuando, en 1966, siendo ministro de Información y Turismo quiso demostrar a la población, junto con el entonces embajador de Estados Unidos, que las aguas de esta localidad almeriense no estaban contaminadas.
El chapuzón más célebre de Manuel Fraga
Una imagen que dio la vuelta al mundo y que se produjo días después de que un bombardero estadounidense, cargado con armas nucleares, chocara con el avión que le suministraba combustible cuando sobrevolaba Palomares y cuyos restos cayeron al mar.
También generó anécdotas graciosas cuando, en medio del frenesí electoral y con su afán de saludar a todo el mundo -siempre fue partidario de conseguir votos puerta por puerta-, llegó a saludar efusivamente a un maniquí en unos grandes almacenes ante la sorpresa de todos los presentes.
Dejó plantada a Ava Gardner
La misma perplejidad que, a buen seguro, mostraron muchos al enterarse de que, en sus tiempos mozos, dejó plantada a la mismísima Ava Gardner, una de las actrices más bellas de Hollywood, cuando ella le invitó a tomar unas copas y éste las rechazó, para su sorpresa, alegando que estaba muy ocupado.
Fallecida su mujer, el hombre de hierro no podía evitar llorar en cualquier acto público, sin importarle la audiencia, cada vez que algo le recordaba a ella y, si alguien le preguntaba por asuntos de mujeres, respondía que su única novia era Galicia.
"Probablemente hoy sería Fidel Castro"
Célebre fue también cuando confesó que si se hubiera quedado en Cuba, adonde emigraron sus padres, "probablemente hoy sería Fidel Castro" sin importarle que éste sea de izquierdas y él muy de derechas.
Fraga, sobre los gays: "Los que lo hacen al revés"
Las lindezas de Fraga dirigidas a los gays, con aquello de "los que lo hacen al revés"; su comparación de los votantes indecisos con las mujeres, porque "cuando las preguntas con cuántos hombres se acuestan, nunca dan una respuesta absolutamente certera", o sus críticas a los ecologistas -"si por ellos fuera aún estaríamos en las cuevas de Altamira"- le valieron la reacción guerrera de numerosos colectivos.
"Ni tutelas, ni tutías"
Quién no recuerda aquel arrebato de autoridad que le dio cuando rompió, con gran ímpetu, la carta de dimisión sin fecha que le había entregado su sucesor, José María Aznar. "Ni tutelas, ni tutías". Una frase muy explícita que quedará para el recuerdo y que respondía a la autorización que le dio Aznar para que hiciera valer su dimisión cuando lo considerara oportuno.
"Tóqueme usted las narices"
Las hemerotecas albergan documentos sonoros del fuerte carácter de este político, honrado por los cuatro costados eso sí, pero gruñón también. En uno de ellos se puede ver cómo abroncó a su asesor de Comunicación cuando le iban a hacer una entrevista en televisión y éste le conminó a que se colocara bien la chaqueta.
"¿Quiere usted hacerme el favor de largarse de aquí?, le dijo, y, ante la insistencia de su asesor añadió: "¡lárguese!". El colaborador no pudo más que tirar la toalla y le respondió que hiciera lo que le diera la gana, a lo que Fraga le espetó: "eso es lo que voy a hacer".