Campamentos de verano
El precio que las familias tienen que pagar por el 'todo incluido' en los campamentos de verano
Primera semana de vacaciones escolares superada, que no obligatoriamente laborales y esto, muchas veces, supone un auténtico desafío de conciliación.

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"Riiing", "riiing", "riiing". Es lunes y el despertador lo sabe, sin embargo, hoy solo hay 'colegio' de adultos. Llevamos dos semanas de vacaciones escolares y el encaje de bolillos de la conciliación en las familias sigue en plena ebullición. De septiembre a junio, la rutina marca la agenda de los padres. Los centros escolares cumplen múltiples funciones, la más importante, la educativa, pero a nadie se le escapa que son también un refugio seguro donde dejar a los pequeños de la casa mientras los adultos tienen que trabajar. Pero a finales de junio esta rutina se desmorona y cada uno juega las cartas que tiene a mano.
Abuelos, campamentos de verano, canguros... las opciones son múltiples, pero no todas ellas están al alcance de cualquiera. El informe 'Campamentos de verano en España. Una necesidad creciente entre la conciliación y el bienestar infantil', de EAE Business School, publicado a finales de junio indica que el gasto medio de las familias por cada hijo que va a un campamento de verano varía entre los 200 y los 2000 euros, una horquilla bastante amplia en lo que a euros se refiere. Desde la Newsletter de Antena 3 Noticias hemos querido profundizar en estos y datos y para ello hemos contactado con Miguel Ángel López Gómez, profesor de EAE Business School.
Después de todo, un curso de idas y venidas al trabajo, a las extraescolares, a las necesarias visitas médicas… En las casas en las que viven familias, igual que en los hogares unipersonales, huele a verano, pero no en todas puede oler a crema solar. Las vacaciones son en sí mismas un tiempo de descanso, de disfrute y de distensión; sin embargo, el bolsillo aprieta y no siempre el descanso de la oficina te permite la idea de tumbona y aperitivo, de montaña, o pueblo según las preferencias.
Los niños que crecieron en los 80 y en los 90 tenían la idea del campamento de verano como algo divertido, una excursión que pocos se podían permitir, pero que les abría la puerta a una experiencia única. Sin embargo, quienes se estrenaron en este nuevo siglo tienen una idea totalmente diferente de los campamentos veraniegos, para ellos se han convertido en la continuidad del colegio. Necesarios para los padres y quién sabe si también para los hijos.
'Exactamente. Los campamentos en un primer momento surgieron como una forma de entretener a los niños. Luego nos hemos dado cuenta de que no, de que los campamentos son una forma de conciliar porque los niños tienen 2-3 meses de vacaciones al año en verano, en el momento en el que los padres están trabajando y hay que mantener ocupados a los hijos', reconoce Miguel Ángel López, que, pese a ello, defiende que "es importante que se desarrollen de forma integral, que reciban una formación durante este periodo y que puedan aprender cosas como un idioma, o el contacto con la naturaleza, o algo de tecnología, que sería poco posible durante el curso escolar".
Así dicho, suena bien. En tres meses debería haber tiempo para todo, para descansar, para disfrutar y también por qué no para descubrir nuevas aficiones que la inercia de la rutina invernal nos lo impide. Pero retomamos entonces el dato que señala EAE Business School en su informe: el gasto medio por hijo varía entre los 200 y 2.000 euros, que supone el 2,5% del presupuesto familiar anual y hasta un 8% del gasto en ocio y educación.
Tal y como están los tiempos, ¿cuántas familias pueden permitirse gastar 2000 euros en un campamento de verano? O dicho de otra forma, ¿a cuántas familias les sale rentable ir a trabajar el mes previo a cogerse sus vacaciones si para ello tienen que descontar de su sueldo 2000 euros para que su hijo esté atendido? Trasladamos estas preguntas a López Gómez, que reconoce la realidad. "Sí, efectivamente. La diferencia en los precios puede ser entre 200 y 2000 euros en función del tipo de campamento, en función de las actividades que desarrollen y también que sean subvencionados o no. Hay muchos campamentos que están subvencionados por algún ente público y, por tanto, son campamentos con una calidad muy buena, con un precio muy asequible, lo que ocurre es que es muy difícil acceder a estos campamentos porque hay muy pocas plazas. También hay campamentos muy específicos con grupos reducidos en los que se espera que el niño tenga un trato especial, que tenga una formación integral y el precio es muy superior. Hay algunos campamentos que son para 50-60 niños y otros que son para 15 niños y por ello el precio también es mucho mayor", explica.
Continúa Miguel Ángel López reconociendo que "efectivamente no se lo pueden permitir todas las familias, incluso son muy pocas familias. Si nosotros vemos las estadísticas del INE, nos dice, con datos de 2023, que la media de sueldo por persona es de 28.049 euros. Cuando hablamos de familia, la renta es de unos 37.000 euros aproximadamente, pero cuando hablamos por persona son 28.049 euros y las mujeres de media cobran 25.591 euros, mucho menos que esta media, el hombre cobra unos 30.372 euros. Nos encontramos que con esta renta anual muy pocas personas pueden llevar a los niños a los campamentos que de verdad puedan contribuir al desarrollo integral del niño con un precio de mil, dos mil euros y más si se tiene uno o dos hijos. Si lo vemos en porcentajes de la Agencia Tributaria, tan solo el 21,27% de los contribuyentes ganan entre 30.000 y 60.000 euros, sí que es cierto que entre 60.000 y 150.000 solo es un 4.53% y más de 150.000 euros menos de un 1%. Sacando porcentajes vemos que menos de un 25% de las familias ganan más de 30.000 euros al año, por lo tanto, es difícil poder destinar más de mil euros durante estos periodos para que los niños vayan a un campamento de este tipo, aunque es deseable, pero es poco posible. ¿Qué ocurre? Que las familias en algunos casos tienen que echar mano de ahorros".
Esas las que tengan ahorros, que no son todas. Al resto les queda tirar de abuelos, que tampoco siempre es una opción, o sacar la calculadora y ver de dónde se puede recortar para tapar esos agujeros. Según los datos que publica el informe, 7 de cada 10 familias recurren a los abuelos como principal alternativa, la misma cantidad de hogares que se verían obligados a recortar en vacaciones para poder costearlos.
A pesar de ello, 2 de cada 3 familias españolas optaron por campamentos infantiles para conciliar durante el verano pasado, es decir, alrededor de 3 millones de niños y un 50% de las familias considera que los campamentos son clave para la conciliación. Sin embargo, un 34% de los hogares con menores no puede permitírselos. Pero hay otro dato muy revelador y es que según EAE Business School en el verano de 2024, más de 22.000 personas, de las cuales el 90% fueron mujeres, solicitaron excedencias para el cuidado de sus hijos. ¿Pierden dinero al ir a trabajar si tienen que gastar sus ingresos en conciliar?
López Gómez explica sobre este punto que "la realidad que tenemos en Madrid no es la misma del resto de España, sobre todo en pueblos o ciudades más pequeñas donde muchas veces son los abuelos los que se ocupan de los niños, pero en ciudades grandes como Madrid, Barcelona o Valencia esta cercanía familiar no existe y los padres se encuentran con el problema de llevar a los niños al campamento y en algunos caso no es posible y optan por pedirse una excedencia. La realidad también nos muestra que cuando hay tantos divorcios la mayoría de las veces la custodia se le da a la madre, el otro 50% es custodia compartida, la custodia exclusiva al padre solo se da en el 3% de los casos, de manera que es la madre quien se queda responsable del niño y, es ella, la que tiene que tomar la iniciativa de decir qué hace. En este caso la madre opta por una excedencia sabiendo que a la empresa no le gusta y sabiendo que contribuye a que su desarrollo profesional no sea adecuado, pero aun así las madres se sacrifican y deciden tomar una excedencia para de esta forma estar con sus hijos porque no tienen otra alternativa".
Y dicho todo esto, toca apurar, porque después de leer estas líneas, el reloj ha seguido avanzando por los minutos y es hora de que cada cual cumpla con su plan elegido para estas vacaciones de verano, sea la que sea. Así que solo queda desear un feliz verano a todos y un sálvese quien pueda a las familias.
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