Precio de la luz

El precio de la luz vuelve a pulverizar todos los récords alcanzando los 288 euros

La luz este jueves cuesta el doble que hace una semana y la hora más cara superará los 300 euros/MWh.

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Nueva jornada y con ella nuevo récord. El de la luz. Si hace tan solo un par de meses, cuando ya se hablaba de récords históricos en el precio de la luz, hubiesen advertido de que 288,53 euros hubiese sido el precio medio diario de este jueves 7 de octubre, hubiese sido casi imposible creérselo. Pero así es y un día más la electricidad se desboca marcando un 26 % más que el último récord hasta ahora, que precisamente fue este miércoles, en el que se llegó a pagar 228,59 euros/MWh.

Agosto fue mes de precio récord. Finalizado en septiembre, el mismo titular. E iniciado octubre, camino similar porque ya se han registrado los cuatro precios más altos de la luz de la historia. Tan solo han hecho falta siete días. Queda visto, a falta de un día para terminar la semana, que la tendencia seguirá a la alza en el mercado eléctrico.

El doble que hace una semana, 7 veces más que hace un año

El precio de la luz este jueves pulveriza todos los récords un día más y sube más de la mitad respecto a lo que se pagaba hace exactamente una semana: un 52% por encima de los 189,8 euros/MWh de entonces.

Y si se compara con lo de hace un año, cuando se pagaba 43 euros de media, las cifras son completamente abrumadoras. El precio de la electricidad ha aumentado en tan solo un año un 570 % más. O lo que es lo mismo, siete veces su valor.

La hora más cara superará los 300 euros

El precio más alto se dará entre las 20:00 y las 21:00 horas, cuando alcanzará los 319,03 euros/MWh, mientras que el más bajo se registrará entre las 04:00 horas y las 05:00 horas, con 249,08 euros/MWh. Incluso, en sus puntos más baratos, es más caro que la media de este miércoles.

¿Cambiará la tendencia en los próximos días? A priori, no parece que vaya a hacerlo al tratarse de un problema global. Así, este camino inflacionista en todos los tipos de energía podría trasladarse a la industria y causar presiones en su actividad, como ya está ocurriendo en países vecinos que viven la misma situación que España. Además, todo ello podría terminar aumentando también los precios a los consumidores en el mercado.

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