Economía

A Mariña se consolida como refugio inmobiliario frente al calor extremo: "Sí, cuando hace calor en el sur, aquí suenan los teléfonos"

Con temperaturas suaves todo el año y precios aún accesibles, la demanda no deja de crecer. Cada ola de calor dispara las llamadas a inmobiliarias como la de Viveiro. Muchos compran para jubilarse aquí, otros, simplemente para escapar del asfalto.

Costa lucense

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"Cuando hay ola de calor en España, hay ola de llamadas para comprar pisos", resume Francisco Méndez Carro, gerente de Inmobiliaria Viveiro, mientras suena su teléfono una vez más. "Perdona, es otra llamada preguntando por el precio de un piso con vistas", comenta con una sonrisa. A medida que los termómetros se disparan en el interior y el sur de España, la costa de Lugo se convierte en un destino buscado y llamado.

Y es que A Mariña se ha consolidado como un refugio frente al calor extremo, con su clima suave, paisaje verde y precios todavía accesibles en comparación con otras zonas del norte del país.

"Nos preguntan todo el tiempo por la temperatura media. Aquí el clima es muy estable. En invierno rara vez bajamos de 5 grados, y en verano, alcanzar los 30 ya nos parece mucho", explica Méndez Carro. "La humedad se nota, pero solo hay tres o cuatro días realmente calurosos al año. El resto, estamos en 25 o 26 grados".

Ese microclima ha impulsado el interés de personas de mediana edad, muchas de las cuales compran vivienda con la idea de vivir aquí tras jubilarse. Mientras tanto, la alquilan por temporadas y se escapan cuando pueden.

La paradoja del momento es que, en municipios como Viveiro, la construcción de vivienda nueva lleva paralizada casi dos décadas, por lo que casi toda la oferta actual es de segunda mano. Aun así, hay movimiento.

"Un buen piso con garaje y vistas puede rondar los 150.000 a 220.000 euros. Y casas como esta (dice señalando un chalet con vistas a la ría) están por los 350.000, con tres plantas, garaje y a 170 metros de la playa".

En zonas como Covas, cada vez más demandadas por su proximidad a la costa y sus servicios, ya no es fácil encontrar un piso de tres habitaciones listo para entrar a vivir por menos de 150.000 o 160.000 euros. Los más asequibles, generalmente para reformar, pueden bajar a 60.000, pero escasean.

Mientras la conversación continúa, suena otra vez el teléfono. Francisco lo mira, sonríe y lo silencia. "Otra más. Cuando hace calor, es automático", dice. Las llamadas se disparan cada vez que AEMET anuncia una ola de calor, lo que confirma que la demanda está muy relacionada con el clima.

El perfil del comprador sigue siendo, mayoritariamente, gente de Madrid y Castilla y León, aunque cada vez llegan más interesados de Andalucía, Levante, incluso Baleares. "En verano, medio Viveiro es Madrid. Siempre ha sido así, pero ahora ya no vienen solo de turismo, vienen buscando quedarse".

Pero más allá del precio o el clima, Méndez Carro destaca lo intangible: la calidad de vida. "Aquí hay paisajes que mucha gente ni ha descubierto todavía. Calitas pequeñas, miradores, bosques… Y por supuesto, la gastronomía. Esto es Galicia: hay calidad en todo".

Y con una nueva llamada entrante, vuelve a pedir un segundo. "La costa de Lugo es la más barata de España", nos confirma Francisco. Por eso en A Mariña, cada día hay alguien más dispuesto a cambiar el asfalto por la ría.

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