El Gobierno flexibiliza el despido tras los ERTE e incluye excepciones

Tras varios tiras y afloja el Gobierno y los agentes sociales han llegado a un acuerdo para alargar los ERTE hasta el 30 de junio por la crisis del coronavirus. Uno de los caballos de batalla de esta negociación ha sido la cláusula de mantenimiento del empleo.

La norma de mediados de marzo vinculaba las exoneraciones de cuotas de los ERTE por fuerza mayor a que las empresas mantuvieran el empleo durante seis meses desde que se retome la actividad tras el parón por el coronavirus. En el borrador del decreto, se flexibiliza esta cláusula, aunque no desaparece.

Este cómputo de seis meses empezará a contar desde la incorporación al trabajo efectivo de personas afectadas por el ERTE, aun cuando éste sea parcial o sólo afecte a parte de la plantilla. Sin embargo, no será completamente imposible despedir. Hay excepciones si se trata de: despido disciplinario procedente, dimisión, muerte, jubilación, incapacidad total, absoluta o gran invalidez y extinción de un contrato temporal por finalización de su vigencia o por el fin de la obra o servicio contratado.

En el caso de incumplimiento de esta cláusula, las empresas deberán devolver todas las cuotas de las que fueron exoneradas, con recargo e intereses de demora.

Este compromiso de mantener el empleo seis meses no se aplicará a las empresas que tengan riesgo de entrar en concurso de acreedores. También se crea una comisión de seguimiento tripartita de proceso de desconfinamiento que estará integrada por el Gobierno y los agentes sociales y que se reunirá con carácter ordinario el segundo miércoles de cada mes.

El objetivo de esta comisión será hacer un seguimiento de las medidas adoptadas en el ámbito laboral "durante la fase de excepcionalidad atenuada", intercambiar datos y efectuar propuestas.