Administraciones públicas

El colapso de la Seguridad Social lleva al límite a los españoles: "Son meses y meses para coger una cita"

La situación continúa siendo caótica y los ciudadanos tienen que esperar meses para poder ser atendidos, en el mejor de los casos.

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Conseguir una cita previa en una oficina de la Seguridad Social es misión imposible. Y esta situación no emerge ahora, por eso, sigue creciendo la indignación de los españoles al no ser atendidos en sus asuntos económicos. Como por ejemplo, el caso de José Manuel, que es pensionista y lleva tres meses sin cobrar. Cuando intenta ponerse en contacto con una oficina, no obtiene ninguna respuesta. "Ahora mismo vivo de mis hermanos y de mi madre", explica. Y, en el mejor de los casos, cuando le han atendido al otro lado del teléfono, sólo escucha justificaciones: "Una excusa típica es cuando te dicen que se ha caído el sistema", sentencia.

Una de las causas que provocan este problema de comunicación entre las oficinas y el ciudadano se debe a la dificultad en los procesos para solicitar una cita. Herramientas como la clave permanente, los códigos QR y el certificado digital son confusas y demasiado tecnológicas para algunos usuarios, lo que sentencia una discriminación a muchos ciudadanos.

Los más desesperados llegan incluso una hora y media antes de que las oficinas abran sus puertas: "Hoy me he presentado aquí a las seis y media de la mañana", explica un hombre.

Las llamadas sin respuesta

Otra de las situaciones más comunes que viven los ciudadanos son las incontables llamadas sin respuesta. "No existe cita disponible", es el contestador automático que escucha una mujer en paro desde su primer intento de llamada. Y para los que sí han sido atendidos, acudir a las oficinas de la Seguridad Social es sinónimo de jugar a la quiniela ya que nadie les garantiza que sus cuestiones, muchas de vital importancia, queden solucionadas.

"Esta es la tercera vez que vengo para intentar solucionarlo. No puede ser que los usuarios tengamos que vivir esta situación", explica otra mujer.

Llamadas desatendidas, procesos complicados y un sistema de ayudas completamente colapsado llevan a los más necesitados al límite. Una situación que ya sufrían en el pasado, y que hoy, sigue igual.

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