La historia de Rumasa se repite 18 años después

Fue un mes de febrero pero de 1983. El día 23 el Gobierno Socialista aprobaba un real decreto ley, expropiando sociedades y bancos del grupo Rumasa. Ocho bancos y casi 400 empresas. El agujero patrimonial del holding de la abeja era de 111.000 millones de pesetas y arrastraba una deuda fiscal y tributaria multimillonaria.

Fue un gran escándalo financiero, el primero de la democracia. Toda la prensa de la época se hacía eco de la noticia. Todo el imperio se venía abajo. José María Ruiz Mateos se fue de España, huyó a Londres. Dos años después fue detenido en Frankfurt.

Comienzan casi tres décadas de lucha: entra y sale de la cárcel. Entre 1995 y 1996 ingresa en prisión varias veces por delitos contra el honor, un año después sale de Alcalá Meco, en ambulancia. Y en 2007 sólo estuvo entre rejas una semana pero consigue el tercer grado por su avanzada edad.

Empresario, marqués de Olivara y también político: fundó su propio partido y consiguió ser eurodiputado. Pero toda su lucha se ha centrado en protestar por la expropiación de las formas más extravagantes e histriónicas. Se ha vestido de Superman, de presidiario. Incluso alquiló un chalé en frente de Felipe González.

Durante años, el empresario jerezano se convirtió casi en una estrella mediática pero alguna vez llegó a perder las formas. Llegó a propinarle un puñetazo a Miguel Boyer y de ahí su famosa frase "que te pego leche". 18 años después la historia se repite con un Ruiz Mateos a punto de cumplir 80 años.