Tenis
El entrenador de Sinner se sincera sobre la final de Roland Garros: "Se le escaparon algunas lágrimas, y no solo a él"
El extenista australiano y actual entrenador de Jannik Sinner desvela los duros momentos que se vivieron en el vestuario de la Philippe Chatrier tras la final de Roland Garros ante Carlos Alcaraz.

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Fueron cinco horas y 29 minutos de batalla sobre la Philippe Chatrier. Carlos Alcaraz y Jannik Sinner protagonizaron el pasado domingo 8 de junio una final histórica en Roland Garros, una de las mejores que se recuerdan en la historia de los grand slam y en la que el murciano fue capaz de levantar tres bolas de partido en el cuarto set para acabar coronándose por segunda vez sobre la tierra batida de París. El duelo fue un pulso tenístico y mental, que acabó inclinando a su favor Alcaraz en un super tie-break en el que bordó el tenis ante el deliro del público parisino.
Fue una victoria dulce para Carlos Alcaraz pero muy amarga para un Sinner que rozó con los dedos la Copa de los Mosqueteros. El de San Cándido reconoció hace unos días que pasó varias noches sin dormir tras perder aquel partido y ahora es Darren Cahill, uno de sus entrenadores, quien ha desvelado los duros momentos que se vivieron en el vestuario de la Philippe Chatrier.
"La decepción fue enorme, el silencio absoluto. Jannik se sentó durante veinte minutos sin decir una palabra y nosotros, uno por uno, le dimos un abrazo. Como entrenador no puedo pedir más. Fue un partido de tenis brillante y serio, con un gran respeto entre los dos. Fue un verdadero honor estar allí", ha explicado Darren Cahill, en el podcast de Andy Roddick, 'Served'.
El extenista australiano y que ha entrenador a jugadores de la talla de Andre Agassi, Lleyton Hewitt o Simona Halep admite que hubo lágrimas por parte de todo el equipo tras perder la final de Roland Garros ante Carlos Alcaraz.
"No había nada que decir. Después de todo lo que había dado en el campo, era justo dejarlo solo con sus pensamientos. Se le escaparon algunas lágrimas, y no solo a él. Fue duro para todos. Debo decir que incluso horas después, esa noche, aún no lo había asimilado. Y nunca lo hará. Un partido así te marca toda la carrera, pero puede ser un punto de inflexión", reflexiona Darren Cahill en el podcast de Andy Roddick.
"A Sinner le encanta el tenis, planea jugar hasta los 37 ó 38 años"
Pese a lo duro que fue perder esa final, el entrenador australiano subraya la "resiliencia y ética de trabajo increíble" de Jannik Sinner, por lo que no duda que la final de Roland Garros será un aliciente para seguir mejorando.
"Tiene una ética de trabajo extraordinaria, resiliencia, un propósito bien definido. Le encanta el tenis, planea jugar hasta los 37 ó 38 años. Tiene una perspectiva diferente: sabe que su carrera puede durar mucho tiempo e invierte en ello. Y esa resiliencia, después de París, se pondrá a prueba. No importa si gana o pierde en los próximos torneos, la clave será cómo reaccione y cómo siga empujando", analiza Cahill.
"Creo que nos ayudará (la final) a mejorar. Intentaremos aprovechar esa decepción para dar un paso adelante. Jannik ya ha reseteado. Ya al día siguiente había cambiado de actitud. Obviamente no lo ha olvidado, y no lo hará: ha pasado página. Tiene una gran habilidad para darle a todo el peso adecuado y conoce el valor de un partido en comparación con la vida real. Hay cosas mucho más importantes que suceden y sucederán que ganar o perder un partido de tenis", añade el entrenador de Jannik Sinner.
En otro orden de cosas, Darren Cahill explicó lo complicado que fue entrenar para Sinner durante los tres meses que estuvo suspendido por un doble positivo por clostebol.
"Encontrar pistas y jugadores para entrenar fue muy complicado. Todo tenía que ser aprobado por la ITIA. Al final entrenamos en una cancha de tierra batida que nos facilitó un patrocinador, cerca de Montecarlo, pero en ese momento, el tenis estaba casi en un segundo plano. La prioridad era la preparación física", apunta Cahill.
"En los primeros entrenamientos antes de Roma, no fuimos tan optimistas. Pensamos: 'esperemos que gane al menos un par de partidos'. En cambio, llegó hasta la final. Una de las cosas increíbles de Jannik es que siempre nos sorprende. A estas alturas, se ha vuelto normal. Nos ha acostumbrado a esto", admite Darren Cahill.
"Una de las cosas increíbles de Jannik es que siempre nos sorprende"
El entrenador del número 1 del mundo ejemplificó la mentalidad de Jannik Sinner con dos ejemplos. Primero, recordó la decisión del jugador de San Cándido de cambiar su mecánica de saque antes del torneo de Wimbledon 2023.
"Habíamos planeado trabajar en ello al final de la temporada, pero él dijo: 'No, quiero hacerlo ahora'. Venía de la derrota ante Altmaier en París. Podríamos haberlo pospuesto, pero en lugar de eso, quería arriesgarse. No tiene miedo de cuestionarse a sí mismo", asegura Cahill.
El segundo hecho que recuerda el entrenador australiano se produjo justo un año antes, tras la derrota ante Novak Djokovic en Wimbledon 2022 en los cuartos de final. Cahill recuerda que se acercó al serbio para pedirle su opinión tras el partido.
"Le dije: 'si has notado algo que nos pueda ayudar, te escucharé con gusto'. Y nos hizo un análisis técnico detallado: poca variedad, juego en la red mejorable, devolución poco agresiva. Nada que no hubiéramos visto ya. Pero cuando se lo dijimos a Jannik, sabiendo que venía de Djokovic, el impacto fue diferente. Esto demuestra que en el tenis también importa quién te habla, no solo lo que te dicen", recuerda Darren Cahill.
Por último, el entrenador australiano dejó la puerta abierta a su futuro de cara a la próxima temporada.
"Este año cumpliré 60 años. A finales de 2025 podría parar, lo hablamos, fue él quien lo dijo por error en la rueda de prensa en Melbourne. Si me voy, será por su propio bien. A veces tener una nueva voz, una nueva energía, puede ser bueno. Creo que un nuevo entrenador no le haría daño, así que el plan sigue siendo despedirse a finales de año; Todavía nos quedan muchos meses por delante, lo veremos", apunta Cahill.
"No hay una decisión final. Me ha exprimido lo suficiente, digamos, pero me estoy divirtiendo demasiado. Mi papel es claro: Simone (Vagnozzi) es el entrenador principal, yo me ocupo más de la parte mental, de la planificación. Hablamos de todo, de cuestiones técnicas y emocionales, de las que me ocupo principalmente, como ocurrió después de la final de Roland Garros. Será aún más importante para mí estar con él, él es la razón principal por la que estoy en Halle. Creo que él ya sabe el mensaje que quiero transmitirle: siempre está buscando diferentes formas de hacerlo cada vez mejor, de mejorarse a sí mismo. Lo que fue una sorpresa al principio, la forma en que maneja las cosas, ahora es una rutina diaria para nosotros", finaliza el entrenador australiano.
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