Muere Jan de Rooy, leyenda y ganador del Dakar, a los 80 años

Luto en el mundo del motor tras confirmarse la muerte de Jan de Rooy, ganador del Dakar en 1987 en la categoría de camiones y una de las leyendas de esta carrera, a los 80 años. La familia del legendario piloto holandés ha confirmado su fallecimiento en un comunicado.

"Después de una enfermedad muy breve, nuestro padre, esposo y abuelo falleció en paz y se reunió con nuestro gran amor, Annie. Vivió hasta los 80 años. Llevaba 65 años comprometido con la empresa de transporte De Rooy, que el año pasado celebró su centenario", reza el comunicado de la familia de De Rooy.

La organización del Rally Dakar ha despedido a una de sus leyendas destacando su triunfo en 1987 y su "papel importante en el diseño de varios camiones, mejorando significativamente la categoría".

"El Dakar rinde homenaje a una de sus leyendas: Jan de Rooy. Conocido como 'L'Ours', este apasionado individuo no sólo participó y ganó el Dakar en 1987, sino que también jugó un papel importante en el diseño de varios camiones, mejorando significativamente la categoría. La leyenda del DAF ha fallecido y los equipos del Dakar transmiten su más sentido pésame a su familia y a todos sus allegados", indica el Dakar.

Jan de Rooy se alzó con la victoria en el Dakar en 1987, cuando el mítico rally aún transcurría por territorio africano. Su figura y su leyenda se acrecentaron aun más al siguiente año, cuando protagonizó una brutal 'drag race' con Ari Vatanen en 1988 por la arena del desierto de África. De Rooy pilotaba un camión DAF con 1.200 caballos y capaz de alcanzar los 220 km/h. Gracia a eso, no solo logró sostener el pulso al Peugeot de Vatanen sino que le adelantó en una de las secuencias más emblemáticas y recordadas de la historia del Dakar.

En esa misma edición su compañero Theo van de Rijt tuvo un fuerte accidente en una duna y Kees van Loevezijn, el copiloto, salió despedido del vehículo y murió. DAF decidió retirarse de la prueba y puso fin a su participación en el Dakar.

Su hijo Gerard continúo con el legado de su padre y logró dos victorias en el Dakar (2012 y 2016) al volante de un Iveco.

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