Récord
La última locura del 'recordman' Ricardinho: 50 horas seguidas dando toques a un balón... ¡sin que toque el suelo!
El brasileño de 61 años dejó el fútbol para centrarse en batir récords, concretamente 34. Este último necesita de una habilidad, resistencia y atención sobrenaturales.
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Ricardinho dejó el fútbol a un lado para convertirse en un hombre récord. En Brasil el balón es parte de su identidad y él lo ha convertido en una forma de vida, con 61 años su último desafío ha sido estar 50 horas pegado a la pelota: concretamente 3.000 minutos dando toques sin que el esférico toque el suelo.
50 horas seguidas dando toques a un balón... ¡sin que toque el suelo!
Este peculiar exjugador jugaba en las categorías inferiores del Atlético Mineiro desde los cuatro años, pero su sueño le hizo dejar el fútbol: "Dejé de jugar al fútbol para ser el único en el mundo en hacer estas piruetas con el balón. No hago Freestyle, yo hago retos", reconoce orgulloso.
Nueve meses de preparación
El último desafío que ha sido capaz de completar ha sido dar toques a la pelota durante 50 horas consecutivas sin dejarla caer al suelo, algo que parece sencillo pero que requiere de una resistencia, una habilidad y una concentración prácticamente sobrenaturales: "Han sido nueve meses de preparación, preparándome noche y día para este gran momento. Cada record es diferente en mi vida", cuenta.
Dos récords mundiales
Con este desafío ha conquistado hasta dos récords mundiales: el primero, el mayor tiempo consecutivo haciendo malabares con un balón, y a la vez el mayor número de toques a un esférico sin que este caiga al suelo. En total, este canarinho acumula 34 récords a sus 61 años. Además, en esta ocasión ha establecido la marca en el World Football Summit de Riad ante la atenta mirada de más de 2.500 profesionales de la industria.
Tiene un reto que mezcla paracaidismo y un balón
El brasileño también ha desafiado a las alturas, o a su resistencia física: "Me lancé en paracaídas sin dejar caer la pelota en caída libre y caminé 1558 kilómetros desde la ciudad de Culiacán hasta California en 28 días. Solo paraba para dormir en una caravana", admite Ricardinho. A sus 61 años, este peculiar experto en retos con el balón ha cumplido con las expectativas, siguiendo su estrategia de fe, enfoque y determinación.
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