De puertas para afuera el Bolshoi se ve como un ejemplo de clase y disciplina sin embargo, la realidad entre bambalinas podría ser muy diferente. Esta ex bailarina, Anastasia Volochkova, asegura que la situación se asemeja a un "descomunal burdel".
Asegura que se ofrecía sexo a cambio de buenos papeles, viajes, premios y salarios, y que era frecuente enviar a las bailarinas a fiestas con millonarios rusos, en las que terminar en la cama formaba parte del trabajo. Según su relato las que no accedían a ello se quedaban sin papeles.
En una rueda de prensa, el jefe del Teatro Bolshoi ha calificado las acusaciones de "desvarío" de la ex bailarina. Asegura que con estas acusaciones sólo intentan volver al primer plano mediático. Volochkova fue primera bailarina del Bolshoi hasta 2003, cuando fue despedida por ser excesivamente "voluminosa". Ahora tras mostrarse muy sugerente en internet ha aprovechado el desconcierto que existe en el seno de la institución cultural más venerada de Rusia, para iniciar una gira por radios y televisiones aireando presuntas tramas de prostitución.
Las acusaciones llegan apenas dos meses después de que el director artístico fuera rociado con ácido. Además los problemas del Bolshoi no dejan de acumularse. Unos 300 trabajadores han firmado una carta defendiendo al único acusado de la agresión.