La NASA homenajeará esta semana a los tres astronautas que murieron en el incendio del Apolo1 en 1967, los siete astronautas que fallecieron en el lanzamiento del Challenger en 1986 y los siete tripulantes del transbordador Columbia, que fallecieron ahora hace 10 años.
Fue el 1 de febrero de 2003 cuando el Columbia se desintegró en su reentraba en la atmósfera terrestre, tras 16 días de misión en el espacio. Según las investigaciones realizadas, el suceso se produjo en el momento del despegue, el orbitador recibió un impacto en la parte inferior del ala izquierda, provocado por el desprendimiento de un trozo de espuma de poliuretano, aislante del tanque externo.
El impacto, que ocurrió en los primeros minutos después del lanzamiento, perforó un par de paneles detrás del borde de ataque, cerca del pozo del tren de aterrizaje. Este hecho no fue percibido por los tripulantes ni tampoco durante la misión, pero fue clave para los problemas que se desencadenaron en su vuelta a la Tierra.
Las perforaciones que tenía el transbordador facilitaron la entrada de del plasma que se forma durante la reentrada a la atmósfera, ocasionando la destrucción por fusión de la estructura interna del ala izquierda, lo suficientemente grande como para producir una desestabilización y desprendimiento. Pocos minutos después de la hora programada para su reentrada, los informativos del mundo empezaron a transmitir imágenes del transbordador desintegrándose en el aire. Los fragmentos de la nave quedaron esparcidos por los Estados de Texas, Louisiana y Arkansas y los siete tripulantes fallecieron en el acto.
La NASA tuvo que aislar a los familiares que habían acudido a Cabo Cañaveral (Florida) a recibir a los tripulantes. Ante este suceso, el entonces presidente, George Bush, envió un mensaje televisado a los estadounidenses asegurando que el programa espacial de la NASA no se iba a cancelar. Aún así, sí que se cancelaron las misiones al espacio mientras se investigaba cuáles habían sido los fallos que habían llevado al transbordador a la destrucción.
Finalmente, el desastre del Columbia llevó directamente a la jubilación de la flota de transbordadores espaciales de la NASA y su reemplazo por una nueva cápsula diseñada para la exploración del espacio profundo. Actualmente, la NASA utiliza los transbordadores rusos Soyuz para enviar a los astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Durante el proceso de investigación, la agencia espacial estadounidense recuperó de los escombros un bote de película sin revelar, del que obtuvieron las fotos de los tripulantes en el interior del Columbia: Kalpana Chawla, Rick Husband, Laurel Clark, Ilan Ramon, David Brown, William McCool y Michael Anderson. APOLO1 Y CHALLENGER No solo coincide en estas fechas el aniversario de este suceso, sino también las tragedias del Apolo1 y del Challenger.
En el primer caso, la nave, que iba a ser la primera misión tripulada del Programa Apolo, no llegó a despegar. En las pruebas pre-lanzamiento, realizadas el 27 de enero de 1967, se incendió la cápsula en la que se encontraban los tres astronautas (Edward White, Gus Grissom y Roger Chaffee), que fallecieron en el acto. Según ha señalado la NASA, este suceso ha servido para mejorar los diseños de las naves y realizar cambios importantes en ingeniería.