CSIC

Crean envases alimentarios a partir de los desperdicios de las fresas

Así lo señala un nuevo proyecto del CSIC que apoyado con fondos europeos, fabricará bioenvases alimentarios a partir de desperdicios de fresas. De este modo se creará un sistema circular, como el de un ecosistema, en el que todo se aprovechará. Las fresas son uno de los alimentos más perecederos del mercado.

De las fresas se aprovecha todo

De las fresas se aprovecha todoPixabay

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Plásticos con lo que nos sobra de las fresas. Sostenibles y ecolológicos. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas participa en un nuevo proyecto europeo que creará, con tecnologías sostenibles, plásticos basados en desperdicios de fresas. También elaborará una almohadilla antioxidante y antibacteriana que evitará la producción de etileno, un gas que pudre las fresas.

"Ante el reto de crear envases bio-basados en alimentos, nuestra propuesta es crear envases a partir de frutas muy perecederas, como son las fresas", nos explica Eva Maya, investigadora en el ICMM-CSICy coordinadora del proyecto en el CSIC. "Los equipos de trabajo van a simular un ecosistema en el que todo se aprovecha: partimos de los desperdicios de fresas para crear nuestras materias primas, con las que haremos las moléculas que conformarán los envases", describe la investigadora.

Packaging

Se elaborará cuando la fruta ya esté en la tienda. También se harán los acolchados que acompañan a las fresas en estos envases, y el plástico mulching que se usa en el cultivo de este tipo de frutos. Además, se fabricarán envases farmacológicos en los que se sustituirá el aluminio por este nuevo material bio-basado.

Se trata de un proyecto llamado ECOSYSTEM, que incidirá también en estrategias para el reaprovechamiento de esos bio-envases una vez hayan sido usados. "Estudiaremos su reciclado, su biodegradación y sistemas de reutilización", nos indica Maya. En todo momento se trabajará con tres tecnologías innovadoras y sostenibles: biorrefinería, mecanoquímica y biotecnología blanca.

El proceso

El ICP será el encargado de la parte de biorrefinería, que será la que reciba los desperdicios de las fresas y saque las materias primas: celulosa, lignina y furfural. "Cerramos el círculo de la economía circular: aprovecharemos todos los residuos del cultivo de fresa que tengan biomasa y los vamos a separar en esos tres elementos, que serán con los que trabajarán el resto de socios", nos cuenta Martín Alonso, investigador del CSIC en el ICP

En un segundo paso del trabajo, parte de esas materias primas llegarán al ICMM, donde se crearán moléculas a través de mecanoquímica: "Se trata de una nueva tecnología que no usa calor ni disolventes, por lo que gasta mucha menos energía y, además, es muy rápido", nos explica Maya. Será a partir de estas moléculas cuando se puedan fabricar los nuevos envases.

La almohadilla

También se trabajará en la creación de un nuevo tipo de almohadilla para los envases de las fresas. Las actuales normalmente solo absorben humedad. Con este equipo se creará una que será antioxidante, antibacteriana y, además, evitará la producción de etileno, el gas que emiten las frutas cuando empiezan a madurarse. En el caso de las fresas, hace que se pongan en mal estado rápidamente. "Planeamos transformar los restos de los envases previamente creados para convertirlos en catalizadores, es decir, en sustancias que son capaces de transformar algo en otro algo. Dependiendo de la naturaleza del catalizador, veremos para qué reacciones lo usaremos", nos adelanta Maya.

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