CSIC

¿Hay vida en Marte? La respuesta la tiene la radiación ultravioleta

Un estudio liderado por investigadores del CSIC ha demostrado que los niveles de radiación ultravioleta medidos en la superficie de Marte se podrían comparar a los que debieron existir en la Tierra primitiva.

Vida en Marte gracias a la radiación ultravioleta

Vida en Marte gracias a la radiación ultravioleta CSIC

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Sabemos que la radiación ultravioleta, tan dañina para los seres vivos es absorbida por la capa de ozono. En Marte, sin embargo, la escasez de ozono de su atmósfera permite que la radiación llegue casi en su totalidad, con gran potencia esterilizadora. Hasta ahora no se tenían medidas de este tipo de radiación en Marte. Los estudios se basaban únicamente en modelos numéricos.

Ahora, un estudio liderado por el Centro de Astrobiología, con participación del Instituto de Química Física Blas Carrera, muestra que las dosis de radiación ultravioleta medidas desde la superficie de Marte son comparables a los que se cree que existían en la Tierra primitiva. Un gran avance que daría oportunidad a la posibilidad de vida.

Cómo se hizo el estudio

Este trabajo, publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences, recoge las dosis de radiación obtenidas gracias al instrumento REMS, que llegó al cráter Gale, cerca del ecuador del planeta, en 2012, a bordo del rover ‘Curiosity’ de la NASA.

Para ello, durante más de cinco años marcianos, equivalentes a más de 10 años terrestres, los investigadores han analizado los datos de la radiación ultravioleta en las tres bandas principales: UV-A, UV-B y UV-C. Estas se distinguen por su energía y posible daño a los seres vivos: la radiación UV-A es la que presenta menor energía; UV-B tiene una mayor potencia; y UV-C es la que presenta mayor energía y, por tanto, es la más dañina para los organismos vivos.

En la Tierra, la radiación UV-C, así como la mayor parte de la UV-B, es parapetada por la capa de ozono, que protege nuestro planeta. Sin embargo, la atmósfera de Marte es unas 100 veces más tenue que la de la Tierra. Por tanto, no absorbe la radiación solar de la misma manera. Es decir, esta radiación llega a la superficie prácticamente en su totalidad. "Los resultados muestran que la radiación UV en Marte que alcanza la superficie del cráter Gale, se compone, en promedio, de 80% UV-A, 15% UV-B y 5% UV-C", nos explican Daniel Viúdez-Moreiras, María Paz Zorzano y Alberto González Fairén, investigadores del CAB que lideran el estudio.

"La escasa protección que proporciona la atmósfera de Marte frente a la radiación ultravioleta es debida al polvo que se encuentra en suspensión, particularmente relevante en la estación de tormentas de polvo y, en menor medida, del ozono presente en la atmósfera de Marte", nos aclaran los investigadores.

Los resultados del estudio muestran variaciones drásticas y muy rápidas en los niveles de radiación UV, capaces de cambiar las dosis en más de un 30% en pocos soles (días marcianos). "Estas variaciones son complejas e impredecibles con los modelos atmosféricos actuales, por lo que la instrumentación desplegada en la superficie de Marte resulta imprescindible para conocer el entorno de radiación en el planeta", añaden.

A pesar de su potencia esterilizadora, el estudio señala que la radiación ultravioleta que alcanza la superficie marciana no es absolutamente incompatible con la vida,. Podría no ser suficiente por sí sola para eliminar todos los microorganismos terrestres que viajan a bordo de las misiones espaciales. Por ello, los investigadores destacan la necesidad de seguir aplicando estrictas medidas de protección planetaria para evitar la contaminación de Marte con vida terrestre, especialmente en futuras misiones tripuladas.

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