Día Mundial de la Radiología

Día Mundial de la Radiología: el descubrimiento de los rayos X

Cada 8 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Radiología, la fecha exacta en la que se descubrieron los rayos X, hecho que supuso un gran avance en el ámbito de la medicina y la salud.

Médico revisando radiografía

Médico revisando radiografíaFreepik

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Los rayos X están presentes en múltiples pruebas médicas de diagnóstico como las radiografías, las ecografías, la radiología digital, la resonancia magnética o la mamografía. Dada su importancia en el ámbito de la medicina, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) establecieron el 8 de noviembre como el Día Mundial de la Radiología.

Este Día Mundial de la Radiología se celebra para destacar la importancia de las pruebas realizadas con rayos X para el efectivo diagnóstico de muchas enfermedades y dolencias.

La radiología permite ver el cuerpo por dentro y así poder ver desde la evolución de un feto en el interior del vientre de su madre o identificar una fractura o una lesión grave.

Una vez realizadas estas pruebas especializadas, utilizando los rayos X, los radiólogos son quienes evalúan las imágenes recogidas, deciden lo que se muestra e interpretan la radiografía obtenida, antes de pasarle los resultados a médico que haya encargado esa prueba al paciente, ya sea el médico de atención primaria o un facultativo de alguna especialidad concreta.

El origen de la radiología tuvo lugar en el momento en el que se descubrieron los rayos X. En el desempeño de la radiología, los radiólogos tienen que protegerse frente a las radiaciones ya que les pueden provocar problemas de salud como infertilidad, ceguera, mutaciones, desarrollo de algún tipo de cáncer, disfunción renal o pérdida de cabello, entre otras.

¿Cómo se descubrieron los rayos X?

El Día Mundial de la Radiología se conmemora cada 8 de noviembre porque ese día, pero en 1895, se descubrieron los rayos X. El artífice de ese descubrimiento fue el físico alemán Wilhelm Conrad. Conrad experimentaba con los tubos de Hittorff-Crookes y la bobina de Ruhmkorff para investigar la fluorescencia violeta que producían los rayos catódicos. Después de tapar con un cartón negro para eliminar la luz visible, el físico alemán observó un resplandor amarillo-verdoso que provenía de una pantalla con una capa de platino-cianuro de bario, que desaparecía al apagar el tubo.

Con este experimento, Conrad determinó que los rayos producían una radiación muy penetrante, pero invisible, que atravesaba grandes espesores y metales poco densos. Realizó la primera radiografía humana usando la mano de su mujer.

El físico alemán los llamó rayos incógnita o rayos X porque no sabía qué eran, lo único que conocía es que eran generados por los rayos catódicos al chocar contra ciertos materiales. Con el paso del tiempo, la denominación que se perpetuó fue la de rayos X.

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