Tras los hechos la joven tuvo que cambiar de domicilio, de centro de estudios y recibir asistencia psicológica.
Eran vecinos y la joven solía visitar su casa. Lo hacía dice para estar con sus hijos pero también para estar a solas con él. Dice que allí veían películas, jugaban a videojuegos o fumaban pero que nunca hubo contacto secual. Todo ocurrió un día después de una fiesta de carnavales. Él la llamó para que acudiera a su domicilio. Allí le pidió que se probara un disfraz y después comenzó a agredirla. El acusado lo negaba todo.
La joven asegura que empezó a tocarla, que la inmovilizó sobre la cama y que quiso consumar la violación. Ante su oposición dice que se masturbó sobre ella. Tras lo ocurrido la dejó marchar sin oponer resistencia. Magdalena que ya es mayor de edad rompió a llorar en varias ocasiones mientras recordaba lo ocurrido.
Tras los hechos la joven tuvo que cambiar de domicilio, de centro de estudios y recibir asistencia psicológica. Los peritos han determinado que la declaración de la chica es probablemente creíble y el juicio ha quedado visto para sentencia.
