El rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza durante la lidia de su segundo toro

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CORRIDAS GENERALES DE BILBAO | 19 DE AGOSTO

Hermoso de Mendoza celebra sus bodas de plata saliendo a hombros en Bilbao

El jinete navarro Pablo Hermoso de Mendoza ha celebrado su veinticinco aniversario como rejoneador de alternativa saliendo a hombros por la puerta grande de la plaza de Bilbao (norte), al final del atípico festejo en el que ha alternado 'mano a mano' con el matador Enrique Ponce.

Dos de los grandes ídolos de la afición bilbaína, el rejoneador Hermoso de Mendoza y el diestro Enrique Ponce, están este año de celebración: el jinete navarro conmemora sus veinticinco años de alternativa, cumplidos ayer, y el valenciano su vigesimoquinta temporada como matador.

Y el público de Bilbao, de siempre tan generoso con quien le hace disfrutar, ha querido homenajearles en este atípico 'mano a pata' de singular ritmo y en el que ha dominado un ambiente festivo y amable, más allá de lo que sucediera en el ruedo.

Salvando las distancias y valorando por separado, como merecen dos tauromaquias de tan distinta técnica y riesgo, Hermoso de Mendoza ha tenido una actuación más regular y de mayor nivel que la de Ponce.

El caballero de Estella le ha hecho un toreo muy puro y templado al primero toro de Bohórquez, en una faena casi redonda de no ser por sus fallos con el rejón de muerte.

Pero como sí ha matado a la primera a su segundo de Carmen Lorenzo, se le han concedido dos orejas, generosa la segunda, que avalaban su salida a hombros en tarde tan señalada.

En este caso, la faena de Hermoso se ha sostenido sobre la grupa de 'Disparate', con el que ha hecho insistentemente su personal suerte de la "hermosina" a un toro de poco ritmo pero que acabó encelado en la cabalgadura.

Pero para Hermoso el verdadero reto de la tarde ha sido la lidia de un toro de Victorino Martín, de un encaste nada habitual en las corridas de rejones y que con su escasa entrega y su medido trote exigía del maestro navarro un esfuerzo añadido y mucha más concentración en el empeño.

Superaba Hermoso con creces el desafío, ayudado en el tercio de banderillas por Sergio Domínguez, que actuó como sobresaliente de rejones, pero no hubo más premio porque ha vuelto a fallar de nuevo con los aceros de muerte.

Enrique Ponce también ha elegido para la ocasión un toro de Victorino, que en su caso resultó ser un animal de generosa cuerna pero muy escaso trapío y remate.

El diestro Enrique Ponce durante la faena

A pesar de eso, el cárdeno astado exigía que tiraran de su humillada pero no fácil embestida, lo que Ponce no siempre acertaba a conseguir con una actitud precavida.

El primero del torero de Chiva ha sido un toro de Juan Pedro de escaso fondo al que ha hecho una faena técnica y templada pero que nunca cogió vuelo por la falta de emoción del conjunto.

Y del mismo hierro ha sido también el sobrero que, como una dulce tarta de cumpleaños, se servía en bandeja en último lugar para que Ponce compartiera la felicidad de los fastos con su de siempre entregado público de Bilbao.

La del valenciano, coreada y jaleada con entusiasmo en el tendido, ha sido una faena muy variada de suertes, espumosa, vistosa.

Una obra para todos los públicos, en todo momento bien escenificada y compuesta para envolver con papel de celofán un toreo liviano, y no siempre limpio, que exigiera el mínimo esfuerzo al animal.

Y que también hubiera tenido regalo de haber rematado bien con espada y descabello.

Ficha del festejo
Toros, para rejones, de Fermín Bohórquez (basto y con clase), Carmen Lorenzo (con carnes, noble y a menos) y Victorino Martín (serio y de poca entrega). Y, para lidia ordinaria, dos de Juan Pedro Domecq (2º y 6º), bien presentados y de poco fondo uno y gran docilidad el otro; y uno de Victorino Martín (4º), cornalón, escurrido y exigente. El sexto sustituía a un titular de Alcurrucén que salió al ruedo lesionado de la mano derecha.

El rejoneador Hermoso de Mendoza: medio rejonazo trasero, pinchazo y rejonazo contrario (ovación); rejonazo trasero (dos orejas); y pinchazo, medio rejón, pinchazo y descabello pie a tierra (palmas). Ha salido a hombros por la puerta grande.

Enrique Ponce: bajonazo (ovación); dos pinchazos y estocada baja (silencio); estocada corta y cuatro descabellos (ovación tras aviso).

Los subalternos Cándido Ruiz y Emilio Fernández han saludado tras banderillear al sexto. Antes del paseíllo, Ponce y Hermoso han sido homenajeados con un "aurresku" de honor con motivo de su vigesimoquinta temporada en activo y sus veinticinco años de alternativa, respectivamente. La plaza ha registrado tres cuartos de entrada, en el cuarto festejo de abono de las Corridas Generales.

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