El torero Antonio Ferrera da un pase con la muleta al primero de su lote

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FERIA DE SAN SEBASTIÁN DE LOS REYES 2017 | 27 DE AGOSTO

Ferrera se impone a un aciago debut ganadero de Talavante en "Sanse"

El diestro Antonio Ferrera salió triunfador -que no a hombros- en el segundo festejo de la Feria del Cristo de los Remedios de San Sebastián de los Reyes (Madrid), después de imponerse a una deslucida corrida de Talavante, que hacía su debut ganadero en corrida de toros.

Cuando un torero atraviesa un estado de gracia como el de Antonio Ferrera no hay toro que se le resista.

Qué magisterio, qué poso, qué técnica y qué sabiduría ha desarrollado el otrora torero banderillero, que, a tenor del dulce momento profesional en el que se encuentra inmerso, debería pensarse dejar "los palos" y dedicarse a profundizar todavía más en la pureza y en la verdad que está demostrando de un tiempo a esta parte en la cara de los toros.

Su primero tuvo muchos pies de salida. Apretó también en el peto, aunque con un solo pitón. Lució movilidad en banderillas, lo que aprovecharon los tres matadores para firmar un variado tercio. No ayudó tampoco mucho en la muleta, con la cara suelta y embistiendo a oleadas por el derecho.

Pero no hay nada que frene a Ferrera, que volvió a demostrar que anda sobrado en una faena de mucha ciencia y, sobre todo, paciencia para ir metiendo poco a poco al animal en el canasto y acabar toreándolo como si fuera bueno por el otro pitón.

Muy templado, muy seguro y muy torero. Cumbre de Ferrera al natural en una faena tan larga que hasta llegó a sonar un aviso antes de montar la espada. Dos orejas sin discusión. Y también estuvo muy importante Ferrera con un quinto agrio y complicado. Toro con la cara natural y "cazando moscas", con el volvió a hacer un esfuerzo encomiable, aunque la gente, esta vez, apenas le tuvo en cuenta.

No fue el mejor debut ganadero de Talavante en corrida de toros. Ni uno solo embistió, ni el que abrió plaza, que tuvo que ser devuelto al partirse un pitón contra un burladero.

En su lugar saltó al ruedo un sobrero de Victoriano del Río, que derribó de manera espectacular al picador de turno y llegó a la muleta sin definir, con geniecito, exigiendo y reponiendo las embestidas cuando le dejaban "la ventana" abierta, es decir, cuando faltaba ajuste.

Paquirri, que compartió rehiletes con los compañeros, anduvo decidido y con ganas, aunque sin llegar a hacerse con la situación. El astado, de armas tomar, pedía un mando que no siempre encontró por parte de un matador, que, sin estar mal, pudo estar mejor. Anduvo eficaz con la espada y cortó la primera oreja de la tarde.

El jabonero que hizo cuarto fue un toro insulso y sin clase, aunque menos dijo todavía el mayor de los Rivera Ordóñez, que amontonó enganchón tras enganchón a lo largo de un trasteo de lo más anodino.

Escribano sorteó un primer toro de lo más chico y escurrido. Ni para una sin caballos. Por si fuera poco tuvo pocas fuerzas y apenas se prestó al lucimiento. Escribano, que siguió con el protocolo de compartir "palos" con los compañeros, no pasó de discreto a pesar del largo tiempo que anduvo intentando un imposible.

No tuvo suerte el sevillano con el lote, pues el sexto fue un toro áspero y difícil como pocos, que, además, acabó rajado, con el que no pudo pasar de voluntarioso.

FICHA DEL FESTEJO:

Francisco Rivera Ordóñez 'Paquirri': oreja y ovación.

Antonio Ferrera, de grana y oro: dos orejas y silencio.

Manuel Escribano, de frambuesa y oro: ovación y silencio.

La plaza registró un tercio de entrada en una tarde cubierta y progresivamente fresca.

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