El papa Francisco ofrece un discurso durante la audiencia general de los miércoles

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ENTREVISTA EN 'LA VOZ DEL PUEBLO'

El Papa Francisco: "No veo la televisión desde 1990"

El Papa Francisco asegura que no ve la televisión desde 1990. En una entrevista concedida al medio argentino 'La Voz del Pueblo' confiesa que le hizo una promesa a la Virgen del Carmen en 1990 y desde entonces no ha vuelto a ver la televisión. Asegura que tampoco navega por internet y lo que más echa de menos es "salir a la calle con tranquilidad y comer una buena pizza".

El Papa Francisco ha concedido una entrevista al medio argentino 'La Voz del Pueblo' en el que ha asegurado que no ve la televisión desde 1990. El motivo de esta abstención audiovisual se basa en una promesa que le hizo a la Virgen del Carmen en 1990. Sin embargo, para estar al corriente de una de sus grandes pasiones como lo es el fútbol el Pontífice se vale de un guardia suizo que todas las semanas le informa de cómo va la Liga y la clasificación.

Preguntado por el diario si alguna vez soñó con ser Papa respondió un tajante "¡nunca!". Tampoco con ser presidente de la República o general del Ejército. Viste que hay algunos pibes que sueñan con eso. Yo no", destacó el Papa. Antes de ser el líder de la Iglesia católica, el entonces cardenal Jorge Bergoglio —cuenta— fue al Vaticano para la elección pero con la homilía lista del Domingo de Ramos a su regreso a Buenos Aires.

El Papa confiesa que no navega por internet y que hace tiempo ser entrevistado por un periodista le "daba pánico". Es consciente de su "magnetismo" con la gente y lo achaca a que la gente cuando habla le entiende.
"Sí, disfruto en un sentido humano y espiritual, las dos cosas. La gente me hace bien, me tira buena onda, como se dice. Es como que mi vida se va involucrando en la gente. Yo, psicológicamente, no puedo vivir sin gente, no sirvo para monje, por eso me quedé a vivir acá en esta casa (en la residencia de Santa Marta)", comenta el Pontífice sobre la relación con sus fieles.

Bergoglio siempre se ha considerado un hombre sencillo y echa de menos las cosas comunes como "salir a la calle con tranquilidad" ya que según relata siempre fue "callejero". Además añora "ir a una pizzería a comer una buena pizza". Confiesa que tiene "el apelativo de indisciplinado" porque el protocolo no lo sigue mucho.

Considera la pobreza, corrupción y trata de personas como los peores males y destaca que llora por dentro cuando ve dramas humanos pero procura no hacerlo públicamente.

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