Un miembro de una mesa electoral observa los votos

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ELECCIONES DE 2014 TUVIERON LA PARTICIPACIÓN MÁS BAJA EN 25 AÑOS

Bulgaria aprueba el voto obligatorio para impulsar la participación electoral

El pasado mes de enero, el Parlamento dio luz verde al voto electrónico con el fin de ayudar a los búlgaros que viven en el extranjero a participar en las elecciones, y también alentar a los más jóvenes y formados a votar. Los votantes que prefieren abstenerse podrán seleccionar una opción de 'No voto a nadie'.

El Parlamento búlgaro ha aprobado este jueves una ley para promover el voto obligatorio, en un intento de impulsar la participación electoral y la legitimación de las instituciones políticas.

Los legisladores del partido conservador actualmente en el gobierno, Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), y sus aliados, han aprobado algunas enmiendas en el Código Electoral, convirtiendo el voto en una obligación en vez de un derecho civil.

En enero, el Parlamento dio luz verde al voto electrónico con el fin de ayudar a los búlgaros que viven en el extranjero a participar en las elecciones, y también alentar a los más jóvenes y formados a votar. Los votantes que prefieren abstenerse podrán seleccionar una opción de "No voto a nadie".

En virtud de una propuesta adicional, existe la posibilidad de ofrecer un incentivo, que aún no se ha especificado, para aquellos que votan, mientras que los que no votan serán eliminados del censo y obligados solicitarlo de nuevo antes de poder volver a votar.

Bulgaria, un miembro de la Unión Europea, ha tenido cinco ejecutivos diferentes en menos de tres años. Las últimas elecciones generales en 2014 sufrieron la participación más baja en 25 años, alrededor del 51 por ciento, y han resultado en un Parlamento muy fragmentado.

Las elecciones presidenciales están programadas para octubre y en 2018 se producirán elecciones parlamentarias.

En 2013, la frustración de los votantes hacia una escalada de corrupción y crimen organizado provocaron meses de protestas en las calles. Las preocupaciones sobre corrupción y la falta de confianza en el sistema judicial han evitado que Bulgaria y la vecina Rumanía entren en el espacio sin fronteras Schengen.

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