En solo dos días, el bitcoin pasó de valer 266 a 65 dólares. Esta enorme volatilidad despierta la curiosidad sobre esta divisa creada en 2009 y que en solo un mes ha pasado de tener 60.000 cuentas a registrar 20.000 nuevas altas cada día.
Durante la crisis chipriota, muchos vieron en la moneda virtual una forma alternativa para mantener a salvo su dinero, pero la entrada de especuladores está haciendo dudar de su seguridad. Aquí te explicamos sus claves.
¿Cómo obtener bitcoins?
Existen dos formas para ello. La primera es a través de lo que se conoce como 'minería'. Consiste en resolver problemas matemáticos que ayudan a desarrollar la red bitcoin y por lo que a cambio se consigue la recompensa, los bitcoins. Es por ello que sus defensores afirman que es una moneda que se logra 'con esfuerzo'. Sin embargo, los nuevos puntos para expandir la red son tan complejos que solo expertos en programación pueden beneficiarse de este método.
La otra forma, más sencilla, es canjear la moneda habitual por bitcoins a través del portal MTGox. También en este portal se puede recuperar el dinero en una divisa corriente.
¿Cómo usar los bitcoins?
Varias empresas se han atrevido a ofrecer sus servicios a cambio de bitcoins. Es el caso de Lowcom, especializada en desarrollo de páginas webs, Domino´s Pizza, Wordpress, la tienda de comida para mascotas Telepienso o las inmobiliarias Altamira 21 y Cantábrica Rusa.
¿Pueden robarme los bitcoins?
El software ideado por Nakamoto emplea la criptografía para proveer funciones de seguridad básicas, tales como la garantía de que los bitcoins sólo puedan ser gastados por su dueño, y nunca más de una vez, según explica la página web Moneda Bitcoin.
¿Cuáles son sus riesgos?
La entrada de inversores que solo quieran hacer negocio con la nueva moneda. El mejor ejemplo fue lo ocurrido el pasado miércoles, cuando perdió más del 50% de su valor y la plataforma Mt.Gox, la encargada del canjeo de la moneda, sufrió un ataque de denegación de servicio (DDoS), que impidió acceder a ella durante diez horas.
La desregulación de la moneda, que no está sometida a los órganos financieros mundiales ni cuenta con su respaldo, puede convertirla en un nuevo juguete en manos de 'brokers'.
