Más de 7.000 toneladas de basura se acumulan en las calles de Sevilla en el undécimo día de huelga de la plantilla de la sociedad municipal Limpieza Pública y Protección Ambiental (Lipasam). El paro técnico comenzó la noche del domingo 27 de enero y, a las molestias derivadas de los propios desperdicios, se suman los actos vandálicos. Han ardido ya al menos 277 contenedores de basura, median diligencias policiales contra cuatro operarios de la limpieza urbana por diversos incidentes, y el comité de empresa y las autoridades locales protagonizan un cruce de acusaciones y denuncias acerca del incumplimiento de los servicios mínimos.
La consejera andaluza de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, ha afirmado que la basura acumulada no supone por el momento "riesgo para la salud", de acuerdo a la información trasladada por los técnicos municipales encargados de hacer los controles, si bien advierte de que "normalmente" la quema de contenedores "perjudica más" que la existencia de residuos debido al humo.
Por otra parte, la consejera de Presidencia de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, reclama "responsabilidad" en la huelga de los trabajadores y ha calificado de "ineficaz" al Ayuntamiento de Sevilla por el tiempo que ha transcurrido hasta que "se ha sentado a dialogar". Así, ha reclamado que tanto el gobierno municipal (PP) como los responsables de los trabajadores actúen "con coherencia" cuanto antes porque "Sevilla no puede seguir como está".
"La imagen de la ciudad fuera se centra en esa huelga de basura", ha lamentado la consejera. Además, para Díaz, esta situación no es comparable a la de El Coronil, donde "ningún trabajador se ha declarado en huelga" y es "un sindicato ajeno a ese servicio el que impide que se cumplan los servicios mínimos". En este sentido, ha ensalzado la postura del alcalde de este municipio, Jerónimo Guerrero (PSOE), quien, tras casi un mes de supuesta huelga, "ha tenido hasta el gesto de reconocer como huelga algo que no lo es".
