EUTANASIA | El hombre que ayudó a morir a su mujer, enferma terminal: "Llevaba años pidiéndomelo, estaba agotada de sufrir"

Ángel Hernández ha pasado la primera noche solo en su casa después de 30 años compartiendo su vida con su esposa, María José Carrasco, enferma terminal de esclerosis múltiple. Reconoce que se le hizo muy duro pasar la noche en el calabozo pocas horas después de la muerte de su mujer.

María José llevaba años pidiéndole a su esposo que le ayudara a morir. "Estaba sufriendo muchísimo. Estaba muy agotada y la morfina ya no le servía. Decidimos hacerlo ese día aunque podía haber sido antes o después", señala.

"Hace 3 ó 4 meses le pedí que si quería que yo se lo hiciese me lo tenía que pedir y por eso fui grabando para que quedara constancia de que me lo había pedido ella", revela. Hubo un momento en el que María José adquirió en internet el pentobarbital sódico y entonces ella misma podría haberse suicidado, sin embargo la enfermedad fue avanzando y ella se quedó sin manos. "Le tuve que prestar mis manos", destaca.

La idea de ayudar a su mujer a morir se vio frenada por los problemas de salud del propio Ángel, ya que tuvo que operarse de dos hernias. "Ella era secretaria judicial y sabía lo que podía pasarme, tenía muchísimo miedo", destaca.

Se muestra afectado pero "contento y satisfecho" porque ella ha dejado de sufrir. "Eso es muy importante para mí", señalaba.

"La mayoría de la gente que se suicida la única prueba que tiene es su palabra y la gente no se lo cree por eso lo grabé, para que se lo creyeran", afirma. Pide que se regule la eutanasia "y a las personas que lo necesiten que se le aplique".

No teme en absoluto ir a la cárcel y su objetivo es cuidar de él mismo. "Ahora lo que tengo que hacer es cuidarme yo porque cuidando a mi mujer constantemente y 24 horas al día me ha pasado factura", afirma.