ASEGÚRATE BIEN
¿Todos los bancos son iguales? ¿Funcionan igual y son todos fiables?
¿Cómo podemos saber si el banco en el que tenemos el dinero es seguro? Si no sabes cómo funcionan las entidades financieras o estás pensando en abrirte una nueva cuenta en un banco que no conoces demasiado, este artículo te interesa.

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El dinero es uno de los bienes más preciados y conflictivos que existen y, por eso, elegir el banco en el que tener nuestros ahorros puede llegar a generar intranquilidad a algunas personas. No todos los bancos son iguales, aunque la inmensa mayoría de ellos tienen unas bases comunes que los hacen seguros.
Diferencias entre los bancos tradicionales y los nuevos bancos
En primer lugar, a día de hoy tenemos que diferenciar los bancos tradicionales de los más novedosos. Aquellos de toda la vida existían en la época en la que competían con otra alternativa, las cajas de ahorros.

Estas eran entidades locales, sin ánimo de lucro, que prácticamente se extinguieron tras los cambios legislativos posteriores a la crisis de 2008 (cuando se vio que el tipo de gestión que se aplicaba en ellas no era segura ni para su viabilidad, ni para los ciudadanos, ni para la propia estabilidad del país). Sin embargo, los bancos de siempre permanecieron (y muchos absorbieron a cajas o uniones de cajas de ahorros).
Estos bancos se caracterizan por tener una mayor presencia física en el territorio español, aunque suelen tener ofertas que en muchas ocasiones son menos competitivas que las que ofrecen las entidades más jóvenes. De esta manera, los bancos tradicionales muchas veces no ofrecen la cuenta con menos comisiones, el depósito con los intereses más altos o la hipoteca más atractiva, aunque a cambio suelen ofrecer un trato más cercano y accesible.

Por otro lado, los bancos más nuevos son aquellos que han nacido en los últimos años fruto de la explosión de la banca por internet. Estos cuentan con menor (o nula) presencia física, pero sus productos son en muchas ocasiones más competitivos e incluso más sencillos que los ofrecidos por la banca tradicional. Aunque el uso de nuestra cuenta y la contratación de productos bancarios implica obligatoriamente hacer las operaciones a través de internet y la app del móvil.
Que haya unos bancos más antiguos y otros más nuevos no significa que nuestro dinero vaya a correr más o menos riesgo si está depositado en unos que en otros. Lo importante es que la entidad esté inscrita en el Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito (FGD).
¿Qué es el FGD y para qué sirve?
El objetivo de este organismo es garantizar los depósitos de los clientes de las entidades financieras adheridas para proporcionarles mayor seguridad, protección y tranquilidad. El importe garantizado en caso de quiebra de un banco sería de 100.000 € por persona y entidad. Esto cubre el dinero depositado en esa entidad, no el invertido en otros productos propiedad de gestoras de fondos de inversión o de compañías aseguradoras.
Si la entidad en la que tenemos depositados nuestros ahorros es un banco español, podemos comprobar que está adherido buscándolo en el listado del FGD español.
Si se trata de un banco europeo y no lo vemos reflejado en el FGD español, tendríamos que revisar si está adherida al FGD del país de origen (la proposición de crear los FGD fue europea, pero es cada país el que gestiona su FGD, con características e importes de cobertura diferentes).
Si, por último, se trata de una entidad que no es española, ni tampoco europea, y no aparece en el listado del FGD de España habría que asegurarse bien. Tendríamos que revisar si el país de origen dispone de algún tipo de fondo de garantía, ya que, de no ser así, nuestro dinero no estaría garantizado en caso de quiebra de la entidad.
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