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Cómo limpiar una alfombra en casa según la OCU: trucos para no estropearla
La OCU recuerda que una buena limpieza de alfombra empieza mucho antes del primer cepillado. Identificar el tipo, elegir bien el lugar y hacer una prueba de color son claves para evitar sustos.

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Con el cambio de estación y el frío asomando, las alfombras vuelven a ocupar su sitio en casa. Pero antes de colocarlas, conviene darles un repaso a fondo. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), limpiar una alfombra correctamente no consiste solo en frotar y enjuagar: hay pasos previos que pueden marcar la diferencia entre un resultado impecable y un desastre irreparable.

1. Identifica el tipo de alfombra
No todas las alfombras se limpian igual. Las de lana o algodón son más delicadas y agradecen el uso de jabones neutros o de Marsella, mientras que las sintéticas toleran mejor la humedad y los productos comunes.
En el caso de las persas, orientales o de seda, la OCU recomienda máxima precaución: mejor probar cualquier producto en una esquina poco visible antes de aplicarlo por completo. Y si hay dudas, lo más sensato es recurrir a un servicio profesional.
2. Busca el lugar adecuado
El espacio donde se limpia también importa. Lo ideal, apunta la OCU, es hacerlo en una terraza, patio o zona bien ventilada. Si no tienes esa posibilidad, se puede limpiar dentro de casa, pero conviene proteger el suelo con plásticos, toallas o sábanas viejas para evitar manchas o humedad.
3. Prepara los materiales
No hace falta llenar el armario de productos de limpieza. Con lo básico será suficiente:
- Aspiradora
- Cepillo de cerdas suaves
- Paños de microfibra
- Cubo con agua
- Detergente neutro, bicarbonato, vinagre blanco y jabón de Marsella (si la alfombra es delicada)
- Toallas viejas para secar
Con estos elementos podrás eliminar el polvo, las manchas y los malos olores sin dañar las fibras.

4. Haz una prueba de color
Antes de aplicar cualquier mezcla, humedece un paño con el producto y prueba en una esquina poco visible. Si el tejido destiñe o pierde color, lo mejor es optar por una limpieza en seco o dejarlo en manos de un especialista.
5. Sacude y airea antes de empezar
Si la alfombra es ligera, cuélgala al aire libre y sacúdela enérgicamente. Es sorprendente la cantidad de polvo que puede salir incluso de una alfombra aparentemente limpia. Este paso no solo facilita la limpieza posterior, sino que también ayuda a eliminar ácaros y olores acumulados.
El consejo final de la OCU
La clave está en la paciencia y la prevención. Una limpieza apresurada o con productos inadecuados puede arruinar la textura o el color de la alfombra. Por eso, la OCU insiste: menos química y más cuidado. Y si la pieza es valiosa, mejor confiar en manos expertas.
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