Cómo fomentar la tolerancia a la frustración en los niños

La frustración es una sensación incómoda sin importar la edad que tengamos. Sin embargo, ayudar a nuestros hijos a incrementar su nivel de tolerancia, les ayudará a mantener su estado de ánimo sin alteraciones cuando las cosas no salgan como quieran o esperan.

La tolerancia a la frustración no es algo que se pueda adquirir de un día para el otro, se va desarrollando con los años. Mediante la maduración y el aprendizaje, los niños incrementan sus recursos para hacer frente a las decepciones o disgustos que van viviendo.

Tolerancia a la frustración en niños de 0 a 2 años

Los bebés y niños de 0 a 2 años de edad, no cuentan con esta habilidad desarrollada, esto es algo normal y esperado.

Lloran porque quieren algo, cuando están experimentando una necesidad real. Por ejemplo, necesitan dormir, comer, cambiar de pañal, estar cerca de mamá o papá, etc.

Por este motivo, no es eficaz hacerles esperar y retrasar la atención de esa necesidad que están pidiendo para que aumenten su tolerancia a la frustración.

Tolerancia a la frustración en niños a partir de 3 años

A continuación, te presento 4 pautas que ayudarán a incrementar la tolerancia a la frustración en niños a partir de los 3 o 4 años.

1. Evita la sobreprotección

La sobreprotección es realmente una desprotección. Evitar que pasen por problemas o darles la solución ante situaciones difíciles los dejará sin las habilidades necesarias para enfrentarse a la realidad de la vida.

Hay que transmitirles que no siempre se gana y no siempre se obtiene todo lo que se quiere.

Por eso, permitir que ellos sean parte de la solución cuando tienen algún problema y que experimenten las consecuencias naturales de sus elecciones (en la medida de lo posible), propiciará que manejen mejor la frustración.

2. Permite que se equivoque, los errores forman parte de la vida

Si como adultos creemos que los errores forman parte de la vida y que de ellos se obtiene un mayor aprendizaje, será mucho más sencillo que los niños crezcan con esta convicción.

Esto les ayudará a ir formándose una visión que evitará que vean los errores o fracasos como algo negativo; al contrario, reconocerán que forman parte del proceso de aprendizaje.

3. Enséñale a perseverar

Transmitir a los hijos desde pequeños una mentalidad de crecimiento, es un gran regalo para ellos.

Es decir, cuando algo no les salga bien es necesario transmitirles que las habilidades, logros y objetivos se llevan a cabo mediante procesos, paso a paso.

Hay que animarles a seguir intentándolo y aprendiendo para que finalmente puedan lograrlo.

4. Permite que practique a diario

A lo largo de los días se nos presentan pequeñas y grandes oportunidades de aprendizaje que algunas veces pasamos por alto. Si las aprovechamos, servirán para que los niños “ejerciten sus músculos de la tolerancia”. Por ejemplo:

Cuando estáis en casa y te pide que le pases algo, pero estás ocupado: Si dejas de hacer lo que estás haciendo para inmediatamente darle aquello que pidió, no estará poniendo en práctica su tolerancia; por el contrario, puedes elegir una de las siguientes frases:

• “Dame 5 minutos”
• “Ya casi termino, espera un poco”
• “Cuenta hasta el 20 y voy para allá”

O cuando se está calzando las zapatillas, pero observas que lleva un rato y quiere tu ayuda porque empieza a desesperarse, lo que puedes hacer es:

• Permitir que siga intentándolo por él mismo
• Acompañarlo con palabras de aliento y guía
• Transmitirle paz y calma: “Poco a poco lo irás haciendo más rápido, no tiene nada de malo que ahora tardes un poco más de tiempo; lo importante es que te estás esforzando en hacerlo por ti mismo”

De esta forma y en conjunto con los límites que les marquemos, el reconocimiento de sus esfuerzos y el establecimiento de objetivos razonables, podremos ayudar a los niños a incrementar su tolerancia a la frustración.

Así, se desarrollarán como personas que afrontan los errores o situaciones complejas y que aprenden de ellas.

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