TRUCOS PARA ANFITRIONES
Cómo echar a tus invitados educadamente cuando no se quieren ir: consejos para evitar situaciones incómodas
Recibir invitados en casa siempre es un plan agradable, pero cuando la noche se alarga más de la cuenta, saber cómo despedirlos con tacto puede marcar la diferencia. Te contamos algunas formas sencillas y amables de poner fin a la velada sin incomodar a nadie.

Publicidad
Recibir invitados en casa suele ser un plan bonito, lleno de charlas, risas y buena compañía. Pero a veces pasa que la noche se alarga más de lo previsto y cuesta encontrar el momento de decir adiós. En esas situaciones, saber cómo despedir a tus invitados con educación y sin herir su sensibilidad puede ser la clave para que todo termine bien.

Una forma muy sutil de dar la pista de que la reunión está llegando a su fin es empezar a recoger un poco. Levantar vasos, apagar algunas luces o dejar la música más baja puede ser una señal silenciosa de que es hora de ir pensando en despedirse. No hace falta decirlo directamente, este gesto habla por sí solo.
Otra opción que funciona bastante bien es comentar que al día siguiente tienes un compromiso temprano, ya sea trabajo, una cita médica o simplemente que necesitas descansar. No se trata de inventarse nada, sino de usar la realidad como excusa educada para cerrar el encuentro. Incluso se puede mencionar esto antes de que lleguen, para dejar el mensaje claro desde el principio.
Ahora bien, si estas pistas no funcionan y la noche se alarga demasiado, lo más sensato es hablarlo con cariño y naturalidad. Decir algo como "me ha encantado veros, pero mañana madrugo y necesito descansar" suele ser suficiente. Ser directo no quita que puedas ser amable y la mayoría de las veces los invitados lo agradecerán.

Despedir a alguien no tiene por qué ser incómodo si se hace desde el respeto y la sinceridad. Al final, lo importante es cuidar los vínculos y saber cuándo poner punto final para que todos se vayan contentos... y quieran volver.
Publicidad