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Los expertos han hablado

Hay cuatro fórmulas para intentar que los niños coman de todo, pero solo una funciona

Si tu niño no te come, quizá es que no estás apostando por la propuesta ganadora.

De los cuatro posibles modelos de alimentación para niños, solo uno funciona.

De los cuatro posibles modelos de alimentación para niños, solo uno funciona.Wikipedia

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Hay dos tipos de niños: los que comen bien y los que comen mal. El primer grupo son los elegidos; esos niños que el resto de padres deseamos secretamente (y a veces no tan secretamente) y que se comerían hasta tornillos si se los ponen en el plato. El segundo grupo son la gran mayoría: cuando tienen algo que no les gusta enfrente marean el tenedor hasta acabar con tu paciencia, aluden a dolores de estómago (inexistentes) para librarse de la cuchara o reclaman chuches a todas horas...

Los padres suelen plantearse cómo debe ser la educación alimentaria respecto a sus hijos para triunfar. Pues bien, los expertos han señalado que hay cuatro modelos pero que, oh, oh, solo uno funciona.

Que los niños coman sano no es tan sencillo...
Que los niños coman sano no es tan sencillo... | Public domain pictures

Estilo autoritario. Este es el que se conoce por la frase de "hay que dejar limpio el plato". Los padres están encima del niño para pedirle que acabe con la comida aunque ya esté lleno y el crío lo puede hacer para complacer a sus padres, provocando problemas de control de peso, según los expertos. Además, este modelo restringe los alimentos no saludables, con lo que los niños pueden obsesionarse más por esos alimentos que no puede tomar.

Estilo de alimentación permisivo. Un estilo de alimentación permisivo o "indulgente" es aquel en el que un padre no controla el acceso que tiene un niño a la comida. Lo que ocurre en este caso es que no hay límites, ni de cantidad, ni sobre alimentos poco sanos, ni sobre horarios. Como resultado, estos niños pueden tener dificultades para regular su ingesta de alimentos poco saludables y pueden correr el riesgo de aumentar de peso innecesariamente. Este modelo también tiene una subcategoría, llamada "de recompensa" en la que se motiva a los niños a comer alimentos saludables prometiéndoles a continuación una chuche. Frases como "si te tomas las verduras, te doy un bollo" o "has sacado un nueve, así que vamos a por un helado", hacen que el niño se centre en estas "recompensas" y se olvide de los alimentos saludables.

Hay que tener cuidado con los alimentos 'de recompensa'.
Hay que tener cuidado con los alimentos 'de recompensa'. | Pixabay

Estilo de alimentación negligente. Este es un estilo negligente o "no involucrado". En este caso, los alimentos y la alimentación no son una prioridad para los padres, por lo que es posible que en la casa no se planifiquen las comidas o se compren alimentos regularmente, y esto puede llevar a la inseguridad. Cuando un niño no está seguro de cuándo se va a servir la comida o no ve interés por la comida en el hogar, puede exhibir comportamientos que llevan a comer en exceso, aseguran los expertos.

Estilo 'amor con límites'. Este modelo establece límites a los niños, pero considerando sus preferencias. El estilo de alimentación asociado con los resultados de salud más positivos se conoce como un estilo de alimentación autorizada, que Castle define como el estilo de "amor con límites". Esto ofrece límites y estructura a los niños, pero aún considera sus sentimientos y preferencias. El padre ofrece dos opciones para la cena en plan "¿prefieres pollo con judías o brócoli con tortilla?" y así el niño tiene la sensación de elección, aunque sean dos opciones sanas. Al ofrecer un poco de control al niño, el resultado es que se consigue que mantenga una relación más sana con la comida.

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