Pasta casera: la receta más sencilla y rápida con solo dos ingredientes

Seguro que más de una vez te has encontrado con la nevera medio vacía, la despensa tiritando y el hambre apretando. En esos momentos, solemos recurrir a platos rápidos como un bocadillo improvisado o un huevo frito con lo que haya a mano. Pero ¿y si te decimos que puedes preparar un plato de pasta casera con tan solo dos ingredientes básicos que, casi seguro, ya tienes en casa?

Cuando pensamos en pasta casera, muchos imaginamos largas horas en la cocina, amasando con paciencia, estirando la masa con rodillo y cortando con precisión cada tira de pasta. Nada más lejos de la realidad en este caso. La cuenta @lasrecetasdemimadre que suma unos 1,3 millones de seguidores en Instagram, nos enseña una receta de pasta casera que solo necesita dos ingredientes básicos: tomate frito y harina. Y tan solo en cuestión de minutos.

¿Cómo se hace? Pasos a seguir

1. En un bol, echa un vaso de harina y añade el tomate frito suficiente. Mezcla con energía hasta conseguir una masa homogénea que no se pegue a las manos. Es el momento en que la textura empieza a cobrar vida: algo maleable, suave al tacto y con ese color rojizo que anticipa sabor.

2. Hierve agua en un cazo amplio. Toma la masa en tus manos y, directamente sobre el cazo, córtala en tiras o pedacitos con unas tijeras. Puedes dejar que los trocitos caigan en el agua hirviendo, ahí acabarán de adoptar su forma de pasta.

3. Deja que la pasta se cueza hasta que suba a la superficie (unos minutos bastan). ¡Ya está lista para escurrir y servir!

Salsas para acompañar

Por supuesto, la magia de la pasta está en las combinaciones. Aunque la masa ya lleva tomate, puedes jugar con salsas y toppings para elevarla al siguiente nivel:

• Clásica italiana: nada como volver a lo esencial. Una base de salsa de tomate bien caliente, un toque de orégano seco para perfumar el plato y una lluvia generosa de queso rallado que se funde con el calor. Simple, rápido y absolutamente delicioso.
• A la boloñesa: la receta más básica que nunca falla. Con carne picada dorada a fuego lento, un sofrito de verduras (cebolla, zanahoria y apio) y tomate, se consigue una salsa espesa y llena de sabor.
• Al toque mediterráneo: un chorrito de aceite de oliva virgen extra, aceitunas negras y unas hojas de albahaca fresca.
• Con proteína extra: acompaña con pollo salteado, atún en conserva o unas gambas al ajillo para convertirla en un plato más completo.
• Versión cremosa: una salsa de nata con pimienta negra o incluso un poco de queso crema pueden darle un giro más suave y contundente.

Así que, la próxima vez que abras la despensa y pienses que "no hay nada para comer", acuérdate de este truco. Con un poco de harina y tomate frito, puedes preparar un plato de pasta que no solo te sacará del apuro, sino que también te dejará con ganas de repetir.

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