CONSEJO PROFESIONAL

Rellenos contra la flacidez, hilos tensores y otros tratamientos que nunca se haría una médico estético

Con los años, he aprendido que una parte esencial de mi trabajo como médico estético no es solo saber qué hacer, sino también saber qué no hacer. Ni conmigo ni con mis pacientes. Te cuento los tratamientos que no me haría y que jamás recomiendo a ninguna mujer.

Mujer tensándose la cara

Publicidad

Hoy quiero contarte, con total honestidad, tres cosas que nunca me haría en la cara como profesional. No porque sean malas en todos los casos, sino porque no tienen el equilibrio entre eficacia, seguridad y lógica médica que considero esencial.

Hilos tensores: tratamiento demasiado invasivo

Sí, se siguen haciendo. Y sí, pueden tener su papel en casos muy concretos. Pero siguen siendo tratamientos invasivos que generan inflamación, molestias e incluso fibrosis en algunos casos. Y todo eso, para un resultado que rara vez compensa.

Los hilos tensores se presentan muchas veces como una "alternativa al lifting", pero la realidad clínica no respalda esa promesa. Su efecto tensor es limitado y poco duradero. Rara vez justifica el procedimiento si lo que buscamos es un cambio real y sostenido en el tiempo.

El procedimiento es agresivo, la recuperación incómoda y el efecto tensor desaparece bastante antes de lo que se espera. ¿Los usaría? Solo como complemento muy puntual a otros tratamientos, y nunca como tratamiento de base.

Mujer haciéndose un retoque estético
Mujer haciéndose un retoque estético | Freepik

Tratamientos con calor: pueden provocar quemaduras

Aquí hablo de tecnologías que aplican calor en profundidad, como el HIFU o ciertos tipos de radiofrecuencia fraccionada con agujas. Se presentan como opciones no invasivas para tensar la piel, pero su acción térmica puede alcanzar capas más profundas de lo previsto. Y no siempre deberían.

Recientemente, la FDA emitió una alerta sanitaria advirtiendo sobre complicaciones graves con algunos de estos dispositivos: quemaduras, dolor persistente, cicatrices irreversibles. Pero más allá de esos casos extremos, hay algo que preocupa aún más: su efecto sobre los compartimentos grasos superficiales.

Cuando este calor alcanza la grasa que da soporte al rostro, puede provocar su pérdida parcial. Y con menos grasa, hay menos estructura. El resultado a medio plazo puede ser un rostro más flácido, más hundido y menos armónico. Exactamente, lo contrario de lo que buscábamos.

¿Se pueden usar? Sí, con criterio, protocolos bien definidos y manos expertas. Pero personalmente, prefiero no jugar con ese tipo de riesgos en mi cara.

Flacidez del cuello
Flacidez del cuello | iStock

Rellenos como alternativa al lifting

Este es, probablemente, uno de los mayores errores actuales en estética facial. Intentar compensar la flacidez con rellenos. El relleno, tal y como dice su nombre, repone volumen. No está diseñado para estirar.

Cuando se intenta levantar un rostro caído con jeringas, lo único que conseguimos es generar una distorsión artificial de los rasgos. El rostro se ve inflado, poco natural y, muchas veces, más envejecido.

Veo cada vez más rostros "sobrerrellenados" en un intento de frenar la flacidez. Pómulos que parecen globos, mejillas que han perdido su contorno natural, perfiles que ya no se reconocen. Y todo porque se ha querido resolver convolumen,n lo que solo se resuelve con lifting.

Hay un momento en el que, si la flacidez es evidente, solo hay dos opciones: convivir con ella de forma armónica o considerar un lifting quirúrgico real. Lo que no tiene sentido es seguir rellenando hasta deformar la expresión.

Labio hinchado por retoque estético
Labio hinchado por retoque estético | iStock

Y lo digo desde el respeto a cada decisión personal, pero también desde la responsabilidad profesional. Porque mi trabajo no es complacer expectativas irreales. Es guiar hacia decisiones sensatas.

Mi opinión como doctora (y como paciente)

Yo también cumplo años. También tengo arrugas, y también me hago tratamientos. Pero nunca perderé de vista que la medicina estética está para mejorar, no para disfrazar. Y mucho menos para distorsionar.

Hay una línea muy delgada entre tratar con elegancia y sobreactuar con recursos que no tocan. Decir "no" a ciertas cosas no es cerrarse. Es tener criterio. Es proteger la salud de mis pacientes y, también, la mía propia.

Y si algo me ha enseñado la experiencia, es esto: la belleza real no está en hacerte todo. Está en saber elegir. Y también en saber parar a tiempo. Porque al final, lo que perseguimos no es un rostro perfecto. Es un rostro que siga siendo el tuyo.

Novamas» Belleza

Publicidad