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PLATINUM GAMES REINVENTA LA SAGA

Sobredosis de acción en el nuevo Metal Gear

Después de infiltrarnos con un envejecido Snake en Metal Gear Solid 4, la franquicia de Konami vuelve a la carga pero con un concepto totalmente diferente. Acción a espadazos a raudales en este Hack ‘n slash para el que Hideo Kojima ha querido contar con unos genios en el género, y es que los chicos de Platinum Games han firmado esta obra que se caracteriza por su intensidad y por su espectacularidad visual.

Cuatro años. Cuatro años han pasado desde que Konami y desde que Hideo Kojima anunciasen Metal Gear Solid: Rising hasta su salida bajo el nombre de Metal Gear Rising: Revengeance gracias a la mano de Platinum Games. Cuatro años de espera, de dudas, de críticas… Cuatro años que han merecido la pena para tener ya a la venta a uno de los mejores hack ‘n slash de la presente generación.

Porque Konami sabía lo que hacía. Konami sabía y sabe que este Rising no es más que un spin off, un gran spin off, para dejar la infiltración a un lado por la acción constante típica de un género en el que los chicos de Platinum Games son expertos, algo que ya vimos con Bayonetta, considerado el mejor hack ‘n slash de la actualidad.

En esta ocasión tenían entre manos algo más grande. Algo importante. No era una nueva franquicia, era una franquicia contrastada con millones y millones de seguidores en el mundo que no iban a pasar ni una sola pifia en un título que, sea o no sea diferente de lo visto en anteriores juegos de la saga, no deja de llevar por nombre Metal Gear.

Y eso son palabras mayores. Como también son palabras mayores lo que nos han traído los chicos de Platinum Games. Desde su comienzo hasta su final, Metal Gear Rising: Revengeance supone una auténtica descarga de adrenalina gracias a un sistema de combate que fomenta el ataque gracias a una defensa basada en la confrontación de espadas con los rivales y a un apartado visual que mueve todo a gran velocidad.

Sesenta frames por segundo
Porque Raiden, protagonista del juego, no deja de ser un Ninja y como tal tiene que ser u personaje ágil. Lo es, y sus armas son su katana, su traje, y un apartado gráfico con un motor capaz de mover imágenes a 60 frames por segundo, petición expresa del propio Hideo Kojima para Platinum Games y que Platinum se ha encargado de plasmar a la perfección en pantalla.

También ha sabido plasmar parte de la esencia de Metal Gear. Con leves momentos de infiltración, en lo que es más conveniente ser sigiloso para acabar con los enemigos a pelear en campo abierto, el codec también está presente y el típico sonido de alerta que avisa cuándo los rivales nos tienen en su punto de mira… algo que en muchas ocasiones estaremos deseando de que ocurra.

El modo Katana
Porque cuando ocurre nos atacan, y cuando nos atacan peleamos. Justamente esa es la salsa del juego, espadazos, luchas, espectacularidad, intensidad… y el modo Katana, en el que con Raiden estático podremos desmembrar y descuartizar (niños abstenerse) a todo rival cibernético que se nos ponga por delante, incluso a algunos jefes finales que, como suele ser habitual en Metal Gear, son de lo más peculiar.

En definitiva, Raiden está de vuelta tras su experiencia, algo sosa, en Metal Gear Solid 2 para ofrecernos de la mano de Platinum Games un título de acción pura, de acción constante, con una trama bien elaborada y con un apartado técnico al que los 60 frames por segundo le sienta de maravilla. Una lástima su escasa duración.

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