Galicia
La Xunta reparte por aire 60 toneladas de alimento para la fauna en las zonas de los incendios
Un helicóptero distribuirá pacas de hasta 200 kilos en los puntos de más difícil acceso mientras continúan las asignaciones por tierra.

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La Xunta ha iniciado este miércoles en Carballeda de Valdeorras el reparto por aire de 60 toneladas de paja para la fauna de las zonas afectadas por la ola de incendios del pasado mes de agosto. La distribución será realizada por un helicóptero que tirará pacas de hasta 200 kilos en los puntos de más difícil acceso.
Esta medida se complementa con las tareas de asignación de alimento para animales que se vienen realizando por tierra. En ellas ya se han repartido más de 18.000 kilos de paja y 4.000 de cereales.
La distribución aérea se llevará a cabo, además de en Carballeda de Valdeorras, en los municipios de Larouco, Chandrexa de Queixa, Vilariño de Conso, A Veiga, Manzaneda, Montederramo, A Pobra de Trives y O Bolo. La idea del gobierno autonómico es ayudar a los animales silvestres –especialmente, a los herbívoros y a las aves– a pasar un otoño que se les presenta duro.
Vuelos de reconocimiento
En una primera fase de la medida, el helicóptero designado para el reparto ha realizado una serie de vuelos de reconocimiento para señalar las zonas de acceso más complicado. De esa forma, los técnicos han podido seleccionar las más adecuadas para la distribución de la paja.
También se han identificado los puntos necesarios para actuar como almacenaje de pacas y plataformas de carga para los repetidos viajes de transporte de la aeronave. Esta técnica de reparto, denominada “helimunching”, ha sido escogida precisamente por la dificultosa orografía de algunas de las áreas más afectadas por el fuego.
Las zonas más devastadas
Los nueve municipios en donde está previsto que se lleve a cabo esta iniciativa fueron afectados por los dos mayores fuegos de la ola de incendios del pasado mes de agosto. Uno de ellos, fue el más grande de la historia de Galicia: se trata del gigante de Larouco, que se originó en el pueblo de Seadur y que calcinó 30.000 hectáreas pertenecientes a una decena de localidades del área de la comarca de Valdeorras.
El otro coloso fue el de Chandrexa de Queixa. Este fuego se unió al que ardía en Vilariño de Conso y las llamas de ambos llegaron a Manzaneda y a la comarca de Trives, en el corazón de la montaña ourensana. Un incendio que devoró cerca de 20.000 hectáreas de terreno.
Uno de los últimos fuegos en declararse fue, precisamente, el de Carballeda de Valdeorras, que se declaró, concretamente, en el pueblo de Casaio. Este incendio llegó a devastar 5.000 hectáreas de terreno y afectó fundamentalmente a las cumbres de Pena Trevinca, el pico más alto de Galicia. Las llamas consumieron allí partes claves de un espacio natural único de la comunidad, tales como la Lagoa da Serpe, y amenazó gravemente a otros como el Teixedal de Casaio, el bosque más antiguo de Galicia.
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