Tras 310 días días ingresada en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid por coronavirus, Elsa ha sido dada de alta entre aplausos del personal sanitario.
Elsa, de 52 años, declaraba entre lágrimas que "hay momentos que lo pasé mal, a lo mejor estaba sola y las auxiliares me cuidaban, pero es duro que no puedas estar con tus familiares…". También hablaba de su hija: "ver si mi hija ha crecido o no porque es un año, algo le tengo que ver diferente, su forma de hablar ha cambiado, está creciendo... tengo que hacerme a la idea".
Elsa contaba de nuevo entre lágrimas que se había perdido la Semana Santa, el verano, a su marido, y afirmaba que "te das cuenta de que lo han tenido que pasar muy mal".
Además, esta superviviente ha querido mandar un mensaje a los negacionistas del coronavirus, y es que "no es falso, no es ser quejica, no es plato de buen gusto ponernos malos y saturando la sanidad pública, debemos hacer todo el mundo un esfuerzo. Esto es una pandemia, hay que tomárselo en serio".
Focalizaba en su caso añadiendo que "yo lo pasé mal y no todo el mundo lo pasa tan mal, pero es que es una pandemia que no sabes cómo controlar. No sabes cómo reacciona la persona, no estamos preparados... ¿que toca mucho tiempo estando confinado?, pues ya habrá tiempo para salir, planear viajes y lo que sea".
Elsa puntualizaba que hay que "tomarse esto en serio" porque cada vez "hay más casos" y "más jóvenes". A Elsa esto le llamaba la atención, que cada vez haya más jóvenes contagiados de COVID-19 y puntualiza que es "triste también que la gente mayor sea la primera en afectarle y mueran sin sus familiares, solos, no pudiendo despedirse".
Para finalizar, Elsa mandaba un mensaje de fuerza en sus palabras que decían que "hay que salir o por lo menos intentarlo, porque vida solamente hay una y lo importante es la familia, los amigos y que puedan conseguirlo. Que tengan esperanza para salir adelante , yo les mando mucho ánimo para seguir luchando por vivir".