Caso Marta Calvo

El testimonio de otra víctima del presunto asesino de Marta Calvo: "Todo el rato quería que esnifase y que lo hiciera sin preservativo"

La víctima más joven de las que sobrevivieron a los encuentros sexuales con el acusado de matar a Marta Calvo ha declarado este miércoles. Cuenta cómo fue la 'fiesta blanca' y las exigencias de él.

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Otra de las supervivientes a los encuentros sexuales con cocaína del acusado de matar a Marta Calvo ha declarado este miércoles. Se trata de la víctima más joven, tenía 18 años recién cumplidos cuando quedó con él en diciembre de 2018, y ha explicado que éste se mostró muy insistente para que bebiese y consumiese cocaína durante su encuentro, pero aclara que ella no le vio ni beber ni esnifar.

Este miércoles 15 de junio se ha celebrado la tercera sesión del juicio contra Jorge Ignacio Palma, acusado de acabar con la vida Marta Calvo. Ha sido el turno de esta joven de 22 años, que ha contado cómo fue su encuentro cuando accedió a acompañar al acusado a la vivienda que éste tenía alquilada en l'Olleria (Valencia) para prestar servicios sexuales con 'fiesta blanca'.

"Me preguntó si podíamos tener una 'fiesta blanca', le dije que sí, pero que no como método de pago", ha declarado la joven tras explicar que contactó con él a través de una web de servicios de prostitución y que tras un primer contacto por correo le dio su teléfono.

La víctima ha explicado en su declaración en qué consiste una 'fiesta blanca': "es un encuentro con consumo de cocaína" que no implica la introducción de esta droga en los genitales en ningún caso.

Así se produjeron los hechos

"Quedamos en el centro de Valencia -alrededor de la 1 de la madrugada- y me dijo que íbamos a ir a un pueblo cerca de Xàtiva. Cuando íbamos por la Ciudad de las Artes paró y sacó una bolsa exageradamente grande de cocaína, como mis dos manos juntas. Puso dos rayas encima del móvil como mi dedo meñique cada una, yo le dije que no podía con todo eso, consumí la mitad de una y le ofrecí lo que quedaba, pero no se lo tomó", explica la joven.

"Ya en la casa me ofreció una bebida, un vino blanco de una botella ya abierta. Estaba muy amargo y no bebí mucho. Me siguió ofreciendo insistentemente cocaína. Todo el rato quería que bebiese y esnifase. Quería hacerlo sin preservativo, le dije que no. Me empecé a sentir mareada, a escuchar mal la música, le pedí que me dejase un momento tranquila", ha contado durante la sesión del juicio.

Fue en ese momento cuando al acusado le untó un dedo en la cocaína y se lo metió debajo de la lengua, trató de hacer lo mismo con la vagina. "Me dijo que era divertido, que era para pasarlo bien, que no pasaba nada, pero le dije que no", asegura la chica.

Tras rechazar esta práctica sexual, la joven notó que "ya no estaba tan simpático, estaba serio, con una mirada fría". "Yo accedí a tomarme la última raya porque estaba siendo muy pesado. Fui a la mesita de noche y no recuerdo nada más. Me desperté con él encima dándome bofetadas, me levantó y me llevó a la bañera, porque no podía caminar. Me duchó, me enjabonó y me secó antes de volver al cuarto", relata.

Al salir de la ducha, el acusado le dijo que había estado inconsciente unos 20 minutos, y que al preguntarle por qué no había llamado a la ambulancia le indicó que solo habían sido cinco. "Cuando estuve más despejada llamé a una amiga, me fui a una habitación a hablar con ella. Me di cuenta de que estuve tres o cuatro horas sin tocar el teléfono, y lo vi raro, porque estaba poniendo música", ha agregado.

Finalmente llegó a la conclusión de que estuvo unas siete horas en la casa de l'Olleria. "Cobré al final, cuando salíamos de la casa, me pagó solo una hora, 100 euros, porque no era consciente del tiempo que había pasado. Cuando volvimos a Valencia me di cuenta de que me faltaban 100 euros del monedero", ha añadido esta joven, que dice que llevaba unos 1.000 euros en efectivo cuando acudió a la cita con el acusado.

Contó lo sucedido a sus padres

La joven ha relatado que contó parte de lo sucedido a sus padres y que éstos, al trascender la noticia sobre la desaparición de Marta Calvo, le pusieron en alerta. Entonces decidió buscar la imagen de Jorge Ignacio Palma en internet, buscó los correos electrónicos de su encuentro, se cercioró de que era la misma persona y acudió a la Guardia Civil a denunciarle.

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