Galicia

Una pareja deja una casa rural antes de tiempo porque "hay un gallo que no te deja dormir"

Los propietarios de Casa Elvira, un hospedaje rural en una aldea de San Amaro, en Ourense, pasaron del asombro a la risa hace unos días. Sus huéspedes decidían dejar el alojamiento, donde tenían reservadas tres noches, al día siguiente de llegar.

Se van porque les molesta el canto del gallo

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Todo esto habría quedado en una simple anécdota para Elvira y Roberto, propietarios de Casa Elvira, si no fuera por una calificación “muy baja” que recibían en Booking, el portal de alojamientos donde anuncian su casa rural. Hace cuatro años que el matrimonio puso en marcha este pequeño negocio y confiesan que nunca les había ocurrido algo igual.

“Teníamos una reserva de una pareja de Barcelona para pasar tres noches en nuestra casa rural. Todo iba bien, hasta que al día siguiente de su llegada, nos llamaron para comunicar que habían decidido irse antes de tiempo. Nos aseguraron que todo era perfecto, la casa, el jardín, la limpieza, nuestro trato… Todo, excepto el ruido de un gallo (del vecino) que, por lo visto, no les había dejado descansar por la noche”, relata Elvira. Una argumento que dejó al matrimonio estupefacto.

La reseña y la reacción de Elvira y Roberto

“Había un gallo por los alrededores que no nos dejó dormir la primera noche y al día siguiente nos marchamos del alojamiento. Estuvo cantando por la noche de 3 a 5 de la mañana. No nos quedamos los tres días que teníamos contratados porque veníamos a descansar y necesitábamos silencio por la noche y el gallo no nos dejó descansar”.

“Al principio nos quedamos helados, pero a los cinco minutos ya nos estábamos riendo”, señala Roberto. Para ellos es incomprensible “que alguien venga al rural y se queje del canto de un gallo. Es absurdo, es como si voy a una ciudad y me quejo del ruido del tráfico”, dice Elvira que, además, nos enseña cómo promocionan su hospedaje.

“Es una casa rural, en el interior de la provincia de Ourense, y lo que ofrecemos es tranquilidad y paz, mucha paz”. “Es tan tranquilo este pueblo que por algo se ha instalado aquí uno de los mayores monasterios budistas de España”, explica Roberto que no entiende cómo alguien decide apostar por el turismo rural sin ser consciente de todo lo que significa el rural.

“Nosotros tenemos un cartel en el que indicamos todo lo que puedes encontrar en este entorno: desde los campanarios de las iglesias o los cencerros de las vacas, hasta el canto de los gallos o el olor a abono”. Roberto destaca además que “la reserva estaba hecha desde el mes de mayo”, por lo que estos turistas tuvieron tiempo de sobra para investigar sobre este lugar. Una pequeña aldea que cuenta ya con el gallo más mediático de España.

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