Vuelta al cole La Palma

Más de 4.500 alumnos vuelven al colegio el lunes en La Palma

Muchos no tienen ni uniformes del colegio, ni libros, ni mochilas, gracias a la solidaridad podrán volver a las aulas.

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El volcán de Cumbre Vieja se ha llevado todo lo que se ha encontrado por delante, casas, carreteras, cultivos y varios colegios de la isla. El lunes unos 4.600 alumnos y 600 profesores volverán a las clases en la isla, después de un mes que el volcán se llevase el barrio de Todoque,, muchos de sus vecinos aseguran que "se han quedado sin nada y que no tienen ni uniformes del colegio, ni libros, ni mochilas de los niños", gracias a la solidaridad de los palmeros podrán volver a las aulas.

Hasta ahora la mayoría de los evacuados ha estado estudiando en las casas donde los han alojado, muchos han visto durante este mes de erupción del volcán como han perdido sus pupitres, las clases y los patios donde jugaban cada día con sus amigos.

Verónica Díaz. técnico de intervención social de Cruz Roja, afirma que "es importante empezar a introducir a los niños en el sistema de nuevo" con una vuelta al cole más especial de lo normal.

La consejera, Manuela Armas, ha explicado en una nota que ante posibles circunstancias derivadas de la actividad volcánica que puedan interrumpir la actividad lectiva, "los centros docentes activarán los mecanismos necesarios para garantizar la enseñanza no presencial, es decir, de forma online".

El alumnado de los Centros de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Los Campitos y Todoque, arrasados por la lava, y el CEIP María Milagros Acosta (Puerto Naos), se ha trasladado de forma temporal al antiguo Centro de Educación Especial (CEE) Princesa Acerina, ubicado en Los Llanos de Aridane, inmueble cedido por el Cabildo.

Perdieron sus casas

Ángeles Pérez, directora de la escuela unitaria de Los Campitos, señala a Efe que 19 de los 23 alumnos matriculados perdieron sus casas y otros están en vilo, pendientes de la evolución de las diferentes coladas.

Los niños, en general, "quieren volver ya", apunta Ángeles Pérez, quien se emociona al recordar cómo alguno de sus alumnos, a los que considera como de su familia, le han preguntado estos días si su cole "se puede arreglar" o si pueden ir a ver a las gallinas que criaban en el huerto o a sus muñecos.

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