Caligrafía

La mala caligrafía y faltas de ortografía pasa factura a los universitarios

Lejos ha quedado el clásico dictado y tomar apuntes a toda prisa mientras nuestra mano y nuestra muñeca sufre por plasmar las palabras del profesor. Es algo ya que apenas se usa y pese a resultar costoso sí nos hacía aprender más rápidamente y memorizar más fácilmente.

Un hombre escribiendo

Un hombre escribiendo Pixabay

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El cambio ha sido tan rápido como la propia revolución tecnológica. Los jóvenes prescinden del bolígrafo pero eso, nos advierten los expertos, puede tener muchos "contras". A pesar de que pueda ser más cómodo, limpio y organizado, el uso del ordenador es algo negativo, nos advierten los expertos, para el proceso de aprendizaje de los estudiantes.

Al plasmar en papel y el boli, se utiliza más el cerebro, es algo manual, nos cuentan que da un plus. Además, dejar de practicar la caligrafía hace que la letra empeore. Un cambio que genera cometer más faltas de ortografía, dificultades a la hora organizar las ideas y problemas para redactar. Los expertos creen que el corrector puede que no reparemos en una tilde, una hache y hasta un sinónimo: demasiadas facilidades.

Para algunos profesores las buenas caligrafías ya forman parte de la historia. Pero además preocupa los numerosos errores gramaticales, que están aumentando exponencialmente en estos últimos años y la calidad de la composición escrita también ha ido decayendo. El proceso de redactar un texto, sus tramas y estructuras era algo imprescindible para todo estudiante, saber exponer y concluir, algo que ahora se complica para muchos universitarios.

Esto se refleja también en las pruebas escritas, en las que a la mayoría de los docentes les ha tocado "descifrar" exámenes. Además no se corrige con el mismo ánimo uno que tiene caligrafía aceptable que una ilegible. El problema suele presentarse por, digamos, no ha habido un ensayo previo: si normalmente nunca se utiliza la escritura a mano, ésta pierde calidad o legibilidad y dificulta la lectura del examen.

La grafóloga Sandra Cerro explicaba hace unas semanas a Antena 3 Noticias que llegará un momento en el que tendremos que volver a atrás, y será cuando nos demos cuenta de que al abandonar la escritura a mano vamos perdiendo "habilidades, tanto de lógica, memoria como de razonamiento". "El cuerpo va a pedir volver a todo aquello que nos ayuda a seguir ejercitando nuestro cerebro", asegura.

Un estudio publicado en la revista 'Frontiers in Psychology' asegura que los niños menores de 12 años "deben ser expuestos" a la escritura a mano y al dibujo "para establecer los patrones de oscilación neuronal que son beneficiosos para el aprendizaje".

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