Superación personal

José María, el hombre que sufría obesidad mórbida en Cádiz, ya puede caminar tras haber perdido 200 kilos

En Espejo Público contó su calvario y la ayuda llegó: fue operado y ahora pesa 200 kilos menos. La vida de José María, el hombre que sufría obesidad mórbida, ha cambiado por completo.

Una lección de superación: José María, el hombre que sufría obesidad mórbida en Cádiz, ya puede caminar

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Ya puede andar, con ayuda, eso sí, pero hace unos meses la simple idea parecía una quimera. En su día, denunció ante Espejo Público, que no podía levantarse de la cama o solicitó asistencia para poder operarse. Su situación era crítica, pesaba 350 kilos y su vida pendía de un hilo. Tras su llamamiento, José María ha conseguido la movilización de los médicos del Hospital Puerta del Mar de Cádiz. Con ayuda de los bomberos y una grúa, se le trasladó al centro para ser operado. Hoy, con 200 kilos menos, vuelve a operarse. La intervención de tipo restrictivo gástrico, reducirá drásticamente el volumen de su estómago. Es un paso más en un proceso largo, pero José María no pierde el humor: “Me voy a quedar como un fideo”, bromea. Lleva semanas alimentándose solo con batidos, dieta que continuará tras la operación, con un plan estrictamente pautado que incluye días de ayuno, pequeños sorbos de agua y una lenta transición hacia purés y alimentos sólidos.

La cirugía que marcará un antes y un después

"Estoy tranquilo, confío en que todo saldrá bien", dice con convicción. Un mes después, podrá incorporar caldos, purés y pescado blanco hasta normalizar su alimentación. Sin embargo, José María tiene miedo de volver a su antigua casa, un piso en condiciones deplorables, ya que presenta humedades, falta de accesibilidad y una bañera inutilizable hacen que ese lugar sea sinónimo de aislamiento y frustración. “Me va a dar depresión si tengo que regresar”, admite. Su sueño, más allá de la salud, es acceder a un hogar digno, con ducha accesible, en un bajo o con ascensor. “Yo lo pagaría, no pido que me lo regalen”, insiste.

El sueño de una vida normal

La operación será breve —alrededor de una hora si no surgen complicaciones—, pero el camino que queda por delante es largo. Aún le espera la lucha contra la piel sobrante y la elefantiasis en la pierna. Él no descarta futuras intervenciones ni pasar por el gimnasio. A sus seguidores en redes sociales, donde documenta su progreso, les debe inspiración y fuerza. Quiere demostrar que con voluntad y apoyo médico se puede renacer.

Su idea es llegar a pesar 87 kilos. Entre sus aspiraciones está con obtener el carné de conducir, caminar por la calle con normalidad y ayudar a otros que, como él, se sintieron atrapados en su cuerpo o en la soledad. Hoy, a las puertas del quirófano, no hay espacio para el miedo, solo para la esperanza. “Hace un año esto era impensable”, recuerda. Y sin duda, lo que ahora comienza es mucho más que una operación: es el renacimiento de una vida.

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