La inmigración parece, por el momento, la única solución a la incesante caída de la natalidad en España, que en la última década se ha desplomado un 30%, consolidando la crisis demográfica que año tras año convierte a España en un país más viejo.
Como ocurre desde 2016, el crecimiento de la población solo se sustenta en la llegada de extranjeros ante la incapacidad de los distintos gobiernos de implementar medidas de igualdad, conciliación e impulso a la maternidad que mejore su tasa de natalidad.
Así, la llegada de inmigrantes a España en 2018 compensó el aumento de las defunciones y la caída de la natalidad e hizo que se registrase el mayor aumento poblacional desde 2008 (276.186 personas más), lo que situó la población española en 46,93 millones de habitantes.
Según los últimos datos de la Estadística de Migraciones que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), 2018 batió el récord en crecimiento de población que ostentaba 2008, año en el que aumentó en 570.333 personas, aunque advierte de que ese es el primer año de la serie histórica en términos homogéneos.
El alza del pasado año fue consecuencia de un saldo migratorio positivo de 333.672 personas (hubo 643.037 llegadas procedentes del extranjero y 309.365 salidas) que compensó el saldo vegetativo negativo de 56.262 personas (367.374 nacimientos, frente a 423.636 defunciones). Destaca el INE que la llegada de extranjeros es la mayor desde 2008 (en 2004 y 2005 las cifras fueron mayores pero no se pueden comparar) y que la salida de población es la menor.
Con un crecimiento del 20,8 % en el primer caso respecto al año anterior y una caída del 16,1 % en el segundo. En términos relativos, el crecimiento anual de la población se ha duplicado desde el 0,28 % de 2017 al 0,59 % de 2018. Según estas cifras, a fecha 1 de enero de 2019 residían en España 46,93 millones de personas, la mayor cifra desde 2012 cuando vivían aquí 46,82 millones.
2018 se ha convertido en el tercer año de crecimiento ininterrumpido de la población española, que aumentó en 86.940 personas en 2016 y en 131.408 en 2017, tras cuatro años consecutivos de caídas (2012 -con 90.326 ciudadanos menos-, 2013 con 215.691, 2014, con 62.634 y 2015 con 9.466 habitantes menos).
Explica el INE que el crecimiento de la población española en 2018 se debió al aumento de los habitantes extranjeros, ya que los de nacionalidad española se redujeron. Así, el número de extranjeros aumentó en 285.554, hasta los 4,85 millones a 1 de enero de 2019 debido, en gran medida, a un saldo migratorio positivo de 330.197 personas.
Por el contrario, la población de nacionalidad española se redujo en 9.368 personas debido al saldo vegetativo negativo (de 102.682 personas), que no se vio compensado ni por el saldo migratorio positivo (3.475 personas) ni por las adquisiciones de nacionalidad española (90.828). Si solo se contabiliza a los españoles nacidos en España, el pasado año la población se redujo en 98.595 personas.
Al desglosar los datos de entradas y salidas de España se observa que de las 643.037 personas que optaron por establecer su residencia en España (casi un 21 % más que un año antes), 83.728 eran españoles, mientras que de las 309.365 que se fueron (un 16 % menos) 80.253 también lo eran. Y entre los extranjeros que llegaron a España destaca el aumento de los venezolanos, con 42.803 más, seguidos de los colombianos (39.977) y marroquíes (32.217), mientras que los que más descendieron fueron los procedentes de Ecuador (4.173 menos), Rumanía (2.359) y Bulgaria (1.387). Pese a estas cifras la población extranjera mayoritaria sigue siendo la marroquí, con 714.239 ciudadanos viviendo en España, seguida de la procedente de Rumanía (671.233), Reino Unido (287.292), Italia (244.148), Colombia (199.540) y China (190.624).
En términos relativos, los mayores crecimientos de población se dieron entre los residentes de Venezuela (47 %), Honduras (32,4 %) y Colombia (25,1%) y los principales descensos entre los de Ecuador (3 %), Bulgaria (1,1 %) y Rumanía (0,4 %). Por comunidades autónomas, en 2018, la población creció en trece comunidades autónomas y se redujo en las cuatro restantes.
Los mayores incrementos fueron los de Islas Baleares (1,79 %), Comunidad de Madrid (1,39 %) y Canarias (1,39%) y los principales descensos los registraron el Principado de Asturias (0,52 %), Extremadura (0,47%) y Castilla y León (0,43 %).