Calefacción centralizada

El Gobierno elimina la calefacción central: Esto es lo que tienes que hacer si usas este sistema

A partir de mayo de 2023 se tendrán que instalar contadores individualizados de calefacción para cada casa.

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A partir de mayo de 2023, el modelo tradicional de la calefacción central se apagará con la instalación de contadores individuales, según el nuevo decreto que entró en vigor el paso mes de agosto.

Tal y como apuntan en el decreto: "La normativa será de aplicación obligatoria en edificios con sistemas de calefacción o refrigeración construidos antes de la aprobación del Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) de 1998. Los edificios construidos posteriormente están obligados a instalar dispositivos de contabilización individuales".

¿Qué hacer si uso calefacción central?

Aunque todavía faltan dos años para que esta medida entre en vigor, las personas que usen este sistema deben ir pensando ya en cómo adaptarse al nuevo escenario.

Lo primero, y quizá más importante, es tener en cuenta las excepciones de esta norma.

  • Están exentos de cumplir esta normativa aquellos edificios posteriores a 1978 porque ya están obligados por el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios
  • Los residentes en los archipiélagos o en las zonas más cálidas del litoral mediterráneo.
  • Si no es viable técnica ni económicamente adaptar los medidores de consumo de tu edificio a la norma actual, tampoco estarás obligado. Es decir, si la inversión no es rentable en 4 años, no tendrás que cambiar.

Repartidor de costes

En caso de que no se pueda instalar un contador individual para cada vivienda se puede poner en su lugar un repartidor de costes que funciona radiador a radiador.

La diferencia entre ambos sistemas radica en que con el contador se mide el consumo exacto, kWh; mientras que con el repartidor de costes se mide el consumo de cada radiador en función del inmueble, por lo que sirve para hacer una media para repartir después los costes entre todos los vecinos.

Cada repartidor cuesta 30 euros y un contador llega a los 250 euros.

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