Emojis

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PUEDEN DETERMINAR LA SENTENCIA DEL ACUSADO

Los emojis, ¿una prueba válida o no para la justicia?

Uno de los primeros casos en los que los emojis determinaron un caso fue en 2015, cuando un joven neoyorquino fue detenido acuso de amenaza terrorista por colgar un mensaje en Facebook con los emojis de un policía y tres pistolas.

Los emojis son parte de nuestro día a día en el entorno digital. Nos ayudan a interpretar la connotación de los mensajes que enviamos y recibimos, en una forma de comunicación en la que no tiene cabida la comunicación no verbal. Sin embargo, hay ocasiones en las que estos pictogramas, más que esclarecer, dificulta el entendimiento de ciertos mensajes.

Esto ocurre también en el ámbito judicial. Ya son varios los casos en los que un emoticono ha sido la prueba determinante del proceso. Uno de los primeros casos fue en 2015, cuando un joven de Nueva York publicó en Facebook unos emojis que acabaron acusándolo de un delito de amenaza terrorista. Publicó el emoji de la cara de un policía y tres pistolas.

Como este, hay otros casos en los que estos pictogramas han jugado una mala pasada a los acusados en sus procesos judiciales. En 2016, un hombre fue condenado a tres meses de prisión por enviar a su expareja el emoticono de una pistola en Francia. De hecho, Apple decidió sustituir la imagen por otra de una pistola de juguete. ¿Cambiaría la sentencia del acusado en el caso de utilizar esa pistola?

Pero los emojis también pueden ser beneficiosos para los acusados. En España hay dos casos en los que los detenidos han salido inmunes gracias a la interpretación de estas pequeñas figuras.

La Audiencia Provincial de Barcelona absolvió a un hombre por un presunto delito de amenazas por enviar a la denunciante el texto "ya verás tú cuando salgamos de aquí" seguido del emoji del pulgar hacia arriba, que, en principio, no tiene connotación negativa.

Otro caso es el de una mujer que denunció a su expareja en Cantabria por enviarle un mensaje con los emojis de una diana, las caras de una mujer y un hombre y una pistola. La denunciante sostenía que el hombre aludía a su nueva pareja, pero el juez interpretó que también podría referirse a que el acusado se quería suicidar por no ser capaz de superar la ruptura matrimonial, por lo que fue absuelto.

La investigadora Ana Rodríguez, profesora de Derecho Procesal de la Universidad de Santiago de Compostela, afirma que existen diferencias de formato de las imágenes entre las distintas plataformas, algo a lo que se une "la subjetividad al interpretar el significado del emoji". "La interpretación de los emojis no es unívoca, hay ambigüedades, y eso puede generar problemas. Además, hay diferencias de formatos entre las plataformas", comenta.

No obstante, hay ocasiones en las que sirve como prueba, como lo fue en un caso civil en Valladolid en el marco de una discrepancia en el número de horas de uso de una máquina arrendada.

Se mostró como prueba una conversación por Whatsapp en la que la parte actora escribió "Horas totales. Total 272 horas" al demandado, quien respondió con el emoji del "pulgar hacia arriba". Tuvo que abonar 5.000 euros más.

Los emoticonos forman parte de nuestra forma de comunicarnos, por lo que, a veces, puede ser determinante en muchos aspectos. Sin embargo, no son lo suficientemente objetivos en algunos casos, como puede ser en procesos judiciales y denuncias.

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