Vídeo: Rescatan a un perro que llevaba 3 años viviendo atado a una cadena en Galicia

Rescatar perros en situaciones complicadas, por desgracia, es el día a día de los centenares de protectoras y asociaciones que se reparten por nuestro país. Voluntarios y voluntarias que, casi siempre con pocos recursos, hacen malabares para ayudar a miles de animales que son abandonados o incluso maltratados. Cada día. Todos los días. Inexplicable pero cierto.

Es el caso de Boris, un perro al que su dueño tenía atado a una cadena de manera continua. Su salvadora fue Laura Soliño, presidenta de la Protectora de O Morrazo en Pontevedra, y no hay más que ver el vídeo de ese momento para entender la importancia del trabajo diario de estas personas.

Con cariño, con paciencia, despacio y sin miedo, Laura se acerca a Boris para tratar de ganarse su confianza y poder liberarlo. Lo que se encuentra es a un perro que ladra sin parar y que no se deja tocar. Un perro totalmente superado por una situación de maltrato permanente en la que vivía con una cadena al cuello y sin contacto alguno.

Un perro cariñoso y lleno de amor

En el vídeo se puede ver cómo, con su experiencia y tesón, Laura consigue finalmente rescatar al animal y, en ese momento, todos los implicados en el rescate se den cuenta de que Boris es un perro cariñoso, alegre y deseoso de dar y recibir amor. La historia de este peludo está teniendo una gran repercusión en las redes sociales donde tanto la Protectora de O Morrazo como la Asociación Cadeliños han compartido el momento.

Y por si fuera poco, la historia de Boris engancha con la de Yango, otro perro que desde la Protectora pudieron liberar prácticamente a la vez. Al encontrar a uno localizaron al otro en similares circunstancias, y la sorpresa llegó al pasarle el lector de chips y descubrir que Yango tenía una familia. Una que había denunciado su desaparición hace más de dos años. En aquel momento se escapó de su casa en un despiste y nunca regresó. Ahora creen que pudo ser, presuntamente, robado.

Un final feliz para Boris y Yango

La sorpresa –y alegría– de esta familia al saber que Yango estaba bien fue mayúscula. Hoy en día ya ha vuelto a su casa en Tui, Pontevedra, y aseguran que sigue siendo el perro bueno y cariñoso que era. Por suerte, el calvario por el que tuvo que pasar todo este tiempo no parece haberle hecho mella en su carácter.

Un final feliz al que solo le falta un último paso, que Boris, que en estos momento vive lleno de alegría en “la Prote”, encuentre una familia a la que darle todo el amor que tiene reservado.

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