Trece días después de su repatriación, el dirigente de los jóvenes madrileños del PP Ángel Carromero recupera la libertad y cumplirá fuera de la cárcel los tres años y medio que le quedan de la condena de cuatro que le impuso Cuba por el accidente de coche en el que murieron dos opositores cubanos.
Con la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, como principal valedora, Carromero volverá a su actividad política y a su trabajo como cargo de confianza en una Junta de Distrito del Ayuntamiento de la capital por el que, según sus adversarios del PSOE, cobra 53.000 euros anuales.
Atrás quedan los cinco meses de reclusión en "100 y Aldabó", un centro del Ministerio de Interior cubano ubicado en las afueras de La Habana, por una pesadilla que comenzó el 22 de julio de 2012.
Ese día Carromero, que cuenta con numerosos antecedentes de infracciones de tráfico en España, circulaba con exceso de velocidad por un tramo de carretera en obras en Cuba, hasta que perdió el control del vehículo que conducía, frenó, derrapó y chocó contra un árbol.
Murieron en el siniestro los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero, que no llevaban puesto el cinturón de seguridad, mientras que él y su homólogo sueco Jens Aron Moding resultaron ilesos.
Tras ser condenado por la justicia cubana a cuatro años de prisión por homicidio imprudente, el Gobierno español alcanzó un acuerdo con Cuba el pasado 13 de diciembre para que Ángel Carromero pudiera terminar de cumplir la pena en España y un día después autorizó su repatriación.
La negociación, que se desarrolló con cautela por ambos países, se produjo conforme al convenio de 1998 entre la República de Cuba y el Reino de España sobre ejecución de sentencias penales, tras firmar Carromero la solicitud para cumplir su condena en España el 6 de diciembre.
El acuerdo incluía el traslado de otro español, Miguel Vives Cutillas, de 48 años, condenado en Cuba en 2008 a 18 años de cárcel por delitos de narcotráfico, por lo que ambos aterrizaron en el aeropuerto madrileño de Barajas el pasado 29 de diciembre en un avión de línea regular de Air Europa, procedente de la Habana, custodiados por cuatro agentes españoles de la Interpol.
Desde Barajas, Carromero fue trasladado a la cárcel de Segovia, donde ingresó unas dos horas después en un módulo de presos preventivos no considerados peligrosos.