La muerte de Aylan, una imagen que indujo a promesas que se ahogaron con el pequeño

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LA IMAGEN DE SU CUERPO HUYENDO DE LA GUERRA SE HIZO VIRAL

La trágica situación de los refugiados empeora cuando se cumplen dos años de la muerte del pequeño Aylan

Su imagen se convirtió en el símbolo de la grave crisis de los refugiados y alteró las conciencias de todos los países europeos y del resto del mundo. Pese a ello, desde la muerte de ese pequeño sirio, han perdido la vida en el Mediterráneo más de 8.500 personas, y medio millar de ellas eran niños.

Dos años después de que el cuerpo sin vida del niño Aylan Kurdi fuera encontrado en una playa turca, la Unión Europea sigue sin garantizar vías legales y seguras para que los refugiados no tengan que arriesgar sus vidas en el Mediterráneo.

El cuerpo sin vida Aylan Kurdi fue encontrado en una playa turca el 2 de septiembre de 2015 y difundida en la portada de todos los periódicos internacionales, abriendo informativos y boletines de radio, y, sobre todo, parecía que creó una gran indignación entre los europeos al ver el horror que ocurría en las puertas del territorio al que la familia del pequeño ansiaba llegar.

Desde entonces, al menos 6.671 personas han perdido la vida o desaparecido en el Mediterráneo en su intento por llegar a Europa. Los Estados miembros de la Unión Europea asumieron el compromiso de acoger a 182.504 refugiados antes del 26 de septiembre de 2017, un objetivo que no se ha cumplido.

"Las personas refugiadas siempre buscarán otras rutas, cada vez más peligrosas"

En marzo de 2016 los Estados miembros y Turquía firmaron un acuerdo para reducir el flujo de refugiados en el que se consideraba que Turquía era un país seguro para ellos, pero los datos siguen sin ser esperanzadores y se han grabado imágenes desde entonces de cómo se cerraban las fronteras a las puertas del país.

"Lo único que ha demostrado este infame acuerdo es que, por muchos obstáculos mortales que se trate de poner a las personas refugiadas, siempre buscarán nuevas rutas, cada vez más peligrosas", denuncian desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

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