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los médicos, impresionados

Un puma arrancó parte de su dedo y gracias a la terapia 'PRP' ha vuelto a crecer su yema

Las cualidades mágicas de la terapia regenerativa con plasma rico en plaquetas han ayudado a una mujer de Los Ángeles a que vuelva a crecer la yema de su dedo. Su positiva recuperación ha sorprendido incluso a los médicos que están especializados en el tratamiento.

Ja'Niya Walker perdió la punta de su dedo índice mientras estaba de vacaciones en Honduras, después de que un puma la mordiera en un santuario de vida silvestre. "'Estábamos jugando con los animales en las jaulas y fue entonces cuando un puma me agarró del dedo y no me soltó", ha relatado.

Walker sufrió un intenso dolor en la extremidad fantasma y, cuando regresó a los Estados Unidos, buscó al Dr. Akash Bajaj, un especialista en manejo del dolor, en Los Ángeles. Bajaj fue pionero en el uso de un PRP regenerativo para aliviar el dolor de Walker y mantuvo esperanzas optimistas de intentar recuperar parte de su dedo.

El PRP es un plasma rico en plaquetas. Se basa en extraer una pequeña muestra de sangre del paciente y separan las plaquetas del resto de la sangre. Las plaquetas mismas tienen factores de crecimiento y, por lo tanto, actúan como factores regenerativas propias de nuestro cuerpo.

Según el doctor Bajaj, "podría considerarse nuestro propio kit de curación". Después se utiliza una centrifugadora para separar las plaquetas de la sangre del paciente, para que luego se inyecten directamente en el área seleccionada.

En este caso, los resultados fueron casi inmediatos. El dedo de Walker comenzó a crecer de nuevo, incluso con la uña, que comenzó a reformarse. Walker cuenta cómo todos los días podía notar una mejoría.

Tan solo dos o tres días después de tomar el PRP, ya notaba instantáneamente aparecer el lecho de la uña. Tomó solo tres tratamientos y aproximadamente necesitó tres meses para que su dedo, junto con los nervios y otros tejidos, se regeneraran.

Expertos como el Dr. Bajaj creen que la sorprendente recuperación de Walker es una prueba de que, con la ayuda de PRP, las células madre y otras terapias de desarrollo, nuestros cuerpos pueden llegar a tener poderes extraordinarios que aún no se han explotado.

"Dentro de nosotros existe la capacidad de curarnos a nosotros mismos. Durante todo este tiempo lo hemos sabido, pero de alguna manera nos hemos alejado de ese mensaje", concluye el doctor.

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