El Papa Francisco se ha reunido este viernes con cerca de 6.000 jóvenes llegados de toda Asia para participar en la VI Jornada de la Juventud Asiática en el santuario de Solmoe, en Corea del Sur.
Francisco ha pedido a los jóvenes que "se conviertan en heraldos gozosos del alba de un mundo de paz, según el designio bendito de Dios", al tiempo que se ha referido "a cuantos han perdido la vida en el naufragio del ferry 'Sewol', así como a los que todavía hoy sufren las consecuencias de esta gran desgracia nacional".
Más de 300 personas, en su mayoría estudiantes, murieron en este siniestro el pasado mes de abril.
Francisco también ha solicitado a los jóvenes que pidan "a la Virgen María que vuelva sus ojos misericordiosos sobre cuantos sufren, en especial los enfermos, los pobres y los que carecen de un trabajo digno", durante el rezo del Angelus.
Tras el rezo, los asistentes han cantado y actuado para el Santo Padre, con interpretaciones clásicas -como la representación de la parábola del hijo pródigo- y actuaciones musicales más actuales.
Al inicio de la ceremonia, un grupo de muchachos le ha transmitido algunas de sus preocupaciones diarias y ha formulado una serie de preguntas.
Una de ellas ha hecho alusión a la división de las dos coreas y el Papa, en un discurso improvisado, ha realizado una similitud con la familia que, a su juicio, "está dividida" por lo que ha pedido "ayudar a que esta familia se recomponga".